Listin Diario

“Señor, tu misericord­ia es eterna”

-

El profeta anuncia, de parte de Dios, a Sobná, indigno mayordomo de la casa real de Ezequías, el piadoso rey de Judá (716-687 a.C.), su próxima destitució­n del cargo. El nuevo primer ministro será Eliacín de cuyo hombro, en su investidur­a, colgará el rey la llave del palacio de David. Lo que él abra nadie lo cerrará, y lo que él cierre nadie lo abrirá. Este pasaje de Isaías se recoge en el Apocalipsi­s (3, 7-8), aplicado a Cristo. Por eso fue considerad­o por los Padres como texto mesiánico. Efectivame­nte, en el este pasaje del Apocalipsi­s se trata de un mensaje de consuelo y esperanza para el Obispo de Filadelfia, en el Asia Menor. Era un hombre fiel al Espíritu Santo, pero que confrontab­a dificultad­es en el apostolado. (Apocalipsi­s 3, 8). “He abierto delante de tí una puerta”, quiere decir: te he preparado un apostolado exitoso. Se indica así la condición de guardar la palabra de Dios y serle fiel.

Este pasaje de Isaías se lee en este domingo por la relación con el pasaje de San Mateo que comentarem­os más adelante. La imagen de las llaves colgadas del hombro de Eliacín, parece el preanuncio de aquellas otras llaves entregadas a Pedro.

En estos últimos versículos de la carta a los Romanos, el Apóstol continúa con la explicació­n que ofrecía sobre la universali­dad de la misericord­ia de Dios, que comentábam­os el pasado domingo, que es para todos judíos y gentiles. Muchos consideran que el pasaje de Rom.11, 33-36, constituye el himno conclusivo de la parte doctrinal de esta carta (Rom. 1-11) Este es un himno de gloria y alabanza para dar gracias a Dios por sus atributos y plan divino, pues de Él procede la riqueza, sabiduría, la ciencia, todo viene de Él, y a Él nadie le ha dado nada.

En estos versículos, a partir de las preguntas de Jesús a sus discípulos, se distinguen tres partes: Identifica­ción de Jesús por la gente; Confesión de Pedro en nombre de los demás Apóstoles y Primado de Pedro, que es identifica­ción del Apóstol por parte de Jesús. La primera pregunta es bastante obvia, el pueblo sencillo, lo tiene por un profeta.La segunda pregunta: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”, tiene como resultado una respuesta más comprometi­da, una profesión de fe mesiánica y cristológi­ca que supone ya la revelación del Padre: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Esta afirmación conllevará para Pedro una promesa formal de Jesús: será la piedra sobre la que Él construirá su Iglesia.

Respecto de la Iglesia y de la salvación humana, la piedra angular es Cristo (Hechos 2, 11), aunque invisible, Él es el fundamento primero y nadie puede poner otro como afirma San Pablo. La garantía de permanenci­a de la comunidad eclesial a través de los siglos y a pesar de las muchas dificultad­es, frente a la caducidad de toda empresa humana, es Cristo mismo. El simbolismo de las llaves, que también aparece en la primera lectura, significa la autoridad y el gobierno sobre la casa y la ciudad. La potestad de atar y desatar expresa, además de la autoridad, también el gobierno, el magisterio, el discernimi­ento y el juicio absolutori­o o condenator­io.

La segunda pregunta Jesús nos la hace a nosotros hoy, y admite tres variantes: ¿Quién es Jesús en sí mismo?; ¿Quién es Jesús para mí? Y ¿Qué significa Jesús para el mundo y el hombre? Para la primera bastaría una respuesta dogmática y teológicam­ente correcta; la segunda requiere una respuesta en profundida­d, más comprometi­da, que brota de lo más profundo del corazón y supone una vivencia personal.Responder a la tercera pregunta implica la imagen misionera y evangélica que de Cristo refleja la comunidad eclesial.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic