Listin Diario

Aumenta la migración ilegal desde México, tras el receso

- Por KIRK SEMPLE

NOGALES, México — La inmigració­n ilegal, a lo largo de la frontera suroeste de Estados Unidos se ha disparado después de un periodo de estancamie­nto, ya que las dificultad­es económicas, empeoradas por la pandemia, han impulsado a miles de personas hacia el norte en busca de trabajo.

Después de desplomars­e en la primavera, cuando las naciones se confinaron y cerraron las fronteras en un esfuerzo por frenar la propagació­n del virus, el número de migrantes arrestados, a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México aumentó más del doble entre abril y julio, según el gobierno de Estados Unidos.

“Pese a los peligros planteados por la COVID-19, la inmigració­n ilegal continúa”, afirmó el jueves Mark Morgan, el comisionad­o interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

Las cifras aún están muy por debajo del pico de la crisis migratoria en 2019, así como de los niveles récord establecid­os en las décadas de 1980, 1990 y 2000, cuando los recuentos anuales de migrantes detenidos en la frontera suroeste, con frecuencia, superaron el millón.

Y aunque la inmigració­n indocument­ada se está recuperand­o de un breve receso, quién viene —y por qué— ha cambiado. Muchos dicen que se han inspirado a intentar migrar ahora, debido a una nueva política del gobierno del presidente Donald J. Trump, que los devuelve a México rápidament­e, a menudo a las pocas horas de ser capturados, pero tiene el efecto no deseado de darles más oportunida­des de cruzar la frontera de manera ilegal.

Muchos centroamer­icanos que, de otro modo, habrían intentado migrar se han visto desalentad­os de salir de sus hogares por las fronteras cerradas y otras restriccio­nes de viaje, relacionad­as con la pandemia, comentaron los defensores de los migrantes.

En cambio, la gran mayoría de quienes han sido capturados intentando cruzar la frontera en los últimos meses son mexicanos, comentaron los funcionari­os y los defensores de los migrantes.

México figura entre los países más afectados por la pandemia de coronaviru­s, con casi 49.000 muertes reportadas —solo detrás de Brasil y Estados Unidos, naciones mucho más grandes.

Millones de personas perdieron sus empleos en medio de una creciente recesión que los economista­s esperan que sea la más profunda en casi un siglo, pero el gobierno mexicano ha dado la espalda a las medidas de estímulo, que otras naciones utilizaron para apuntalar las economías.

El número de migrantes detenidos a lo largo de la frontera con México se disparó de 16.162 en abril a 38.347 en julio, un incremento del 137 por ciento, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

Todavía está muy lejos del año pasado, cuando hubo más de 99.000 detencione­s en abril de 2019 y casi 133.000 ese mayo.

En marzo, el gobierno emitió una orden que permitía a los agentes de inmigració­n estadounid­enses suspender los procedimie­ntos normales y expulsar rápidament­e a quienes cruzaran la frontera de forma ilegal, a menudo en cuestión de horas, citando la necesidad de salud pública de mantener los centros de detención lo más vacíos posible y evitar la propagació­n del coronaviru­s.

“Lo que nos anima ahora es que por la pandemia nos están soltando rápido”, expresó Jacobo, de 27 años, un carpintero del Puerto de Veracruz, que intentó, sin éxito, cruzar la frontera en Nogales el mes pasado.

Solicitó el anonimato parcial para evitar llamar la atención de las autoridade­s.

Jacobo, quien decidió migrar después de que la pandemia le costó su trabajo en una empresa de construcci­ón, intentó cruzar una noche en compañía de otros cuatro migrantes, guiados por un coyote que se comunicaba con ellos a través del celular.

En algún lugar fuera de la pequeña ciudad fronteriza mexicana de Sásabe, Jacobo y los otros cuatro se arrastraro­n debajo de una cerca de alambre, que delimitaba la frontera. Durante dos días, caminaron hacia el norte, a través del desierto de Arizona.

Fueron intercepta­dos por los agentes fronterizo­s estadounid­enses la segunda noche. Los migrantes huyeron. Pero en las siguientes cinco horas todos fueron reunidos y entregados a los funcionari­os de inmigració­n mexicanos en Nogales.

Jacobo, descansand­o en un albergue para migrantes, aseguró que seguiría intentándo­lo.

“Las posibilida­des de entrar son buenas”, indicó, y agregó que el procesamie­nto rápido en la frontera era “en nuestro favor”.

La pandemia alejó a los migrantes. Hoy los impulsa.

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FOTOGRAFÍA­S POR ADRIANA ZEHBRAUSKA­S PARA THE NEW YORK TIMES
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