Kamala Harris representa a un EE.UU. cambiante
primera vez en la historia del país, los blancos constituyen menos de la mitad de la población menor de 16 años, según Brookings Institution. La tendencia está impulsada por un mayor número de asiáticos, hispanos y personas multirraciales.
Hoy, más de una cuarta parte de los adultos estadounidenses son inmigrantes o hijos nacidos de inmigrantes en Estados Unidos.
Cada generación sucesiva en Estados Unidos, en el último medio siglo ha sido menos blanca que la anterior: los boomers son 71.6 por ciento blancos, los millennials son 55 por ciento blancos y los post Generación Z, los nacidos después del 2012, son 49.6 por ciento blancos, según Brookings Institution.
Los inmigrantes que llegaron hace unos 50 años —de países como India, China y Corea— a menudo tenían educación superior, pero rara vez se dedicaban a la política. Sus hijos, ahora adultos de mediana edad, están incursionando en la vida pública estadounidense.
“Cuando vinieron mis padres, fue como, ‘solo queremos salir adelante’”, relató Suhas Subramanyam, que nació de padres indios en Houston, en la década de 1980 y en 2019 se convirtió en el primer indio-americano en ser electo para la Cámara de Delegados de Virginia.
Cuando llegó Shyamala Gopalan, la madre de Harris, solo había alrededor de 12.000 inmigrantes indios en Estados Unidos.
“A mediados de la década de 1970, si te encontrabas con alguien que era estadounidense, podrías ser la primera persona india que veían”, afirmó Satish Korpe, un ingeniero que se mudó a Virginia en 1975. “Luego, en la década de 1980, tal vez serías la quinta. Y en la década de 1990, la décima”.
Estos cambios se remontan a la aprobación de la histórica Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965, que abolió las cuotas que se establecieron en la década de 1920 para mantener a Estados Unidos blanco y de religión protestante. La ley de 1965 prohibió la discriminación, basada en el origen étnico en el sistema de inmigración y dio prioridad a la entrada de personas con familiares ya en Estados Unidos y aquellos con habilidades especiales.
Anteriormente, solo se permitía la entrada al país a unos 100 inmigrantes jamaiquinos al año. Y en 1960, en la época en que llegó Donald Harris, el padre de Harris, había menos de 25.000 inmigrantes jamaiquinos, según Migration Policy Institute. Para 2018, esa cifra había aumentado a más de 733.000.
En 1970, los inmigrantes integraban menos del 5 por ciento de la población. Los padres de Harris se divorciaron cuando ella tenía cinco años, y su madre crió a Harris y a su hermana como niñas negras, porque sabía que la sociedad estadounidense así las vería.
“Mi madre entendió muy bien que estaba criando a dos hijas negras”, escribió Harris en su libro, “The Truths We Hold”.
Sortear la brecha entre negros y blancos puede ser difícil para los hijos de inmigrantes, que no son ninguno de los dos. Ghazala Hashmi creció en Georgia, en la única familia india en su pequeña ciudad. Su padre había llevado a la familia allí, a finales de la década de 1960.
“De niña estaba muy consciente de no ser ni negra ni blanca”, explicó. “Los niños blancos no jugaban con los niños negros, y aparentemente yo podría jugar con cualquiera de los dos”.
El pasado otoño, Hashmi, demócrata, ganó un escaño en el senado estatal en Virginia. El eslogan de su campaña, relató, fue “Ghazala Hashmi es un nombre estadounidense”.
En general, estos hijos de inmigrantes están en mejores condiciones económicas que los inmigrantes. Y es más probable que se casen con una persona de otra raza: las tasas de matrimonio interracial son del 26 por ciento para los hispanos de segunda generación y del 23 por ciento, entre los asiáticos de segunda generación.
La influencia cultural de las familias inmigrantes aumentará aún más. Si las tendencias actuales continúan, el 93 por ciento del crecimiento de la población de la nación en edad laboral, entre hoy y 2050 estará en manos de inmigrantes y sus hijos nacidos en Estados Unidos, según proyecciones del Centro de Investigación Pew.
También son una fuerza política en crecimiento: más de 23 millones de inmigrantes serán elegibles para votar en las elecciones presidenciales de 2020, reveló Pew. Eso es, aproximadamente el 10 por ciento del electorado, un récord.
Y debido a que ellos y sus hijos han tenido la tendencia de votar por demócratas, los vientos políticos están cambiando en estados como Arizona, Nevada, Virginia, Georgia y Texas.