Dejan a reclusos con ‘maletas hechas’ para el cambio de prisión
Decepcionados. Ya habían enviado a sus hogares los bultos y electrodomésticos que usaban en el penal.
Estaban muy animados. Listos para integrarse a una nueva experiencia, un ambiente más grato y justo que se explicaba en su latitud hacia el cambio.
Pero esto durió poco. Se trata de la situación de los presos del viejo penal de La Victoria, que esperaban su traslado al nuevo Centro de Corrección y Rehabilitación La Nueva Victoria, en el sector Las Parras, del municipio Guerra. Se prepararon para este evento, pero al final supieron que tenían que esperar.
Ya habían enviado a sus hogares los bultos y electrodomésticos que usaban en el penal.
El argumento para explicar el retraso fue que el nuevo complejo penitenciario no estaba en condiciones. Y al conocer esto, los familiares de los internos retornaron nuevamente los bultos y electrodomésticos al recinto carcelario, sin poder evitar ocultar su decepción.
La dilación para el traslado de los reos obedece, según una fuente de la Procuraduría General de la República, a que la nueva cárcel, con capacidad para 8,878 reclusos, no tiene servicio de gas y electricidad, entre otras carencias.
Un familiar de uno de los reclusos, conversó con reporteros de Listín Diario sobre el tema, expresando que su pariente estaba muy alegre de su traslado al nuevo recinto, al que calificó como “un hotel de cinco estrellas”.
“Mi hermano, el pobre, estaba tan contento con la noticia de las autoridades del trasladado al recinto carcelario que un abanico y un televisor viejo que tenía en la celda lo envió para su casa, peor ahora lo mandó a buscar de nuevo, porque no se sabe cuándo serían trasladados a la nueva Victoria”, dijo María Luisa Encarnación.
Ante la decisión de traslado de los presos a la nueva prisión, la Procuraduría llegó a informar que inició el proceso para la captación de los datos biométricos de los internos de La Victoria, como parte del Plan de Humanización del Sistema Penitenciario.
El pasado 10 de agosto, el entonces presidente Danilo Medina inauguró la cárcel La Nueva Victoria, una instalación de 12 módulos, para terminar con el hacinamiento en las prisiones.