Listin Diario

Efecto contraprod­ucente

- MARGARITA CEDEÑO @Margaritac­df

Ell proyecto de Ley que contiene la propuesta de Presupuest­o Genera del Estado para el año 2021, que fue depositado ante el Congreso Nacional y se encuentra en proceso de discusión, no contempla la continuaci­ón de los programas de protección social puestos en marcha en abril de este año, como consecuenc­ia de la pandemia del Covid-19. El gobierno del Presidente Luis Abinader ha anunciado que los programas Quédate en Casa, FASE I, FASE II y Pa’ Ti, no continuará­n a partir del próximo mes de enero, una medida que conlleva un alto riesgo y generará fuertes vulnerabil­idades en las personas más necesitada­s.

Aunque hay que reconocer que el costo de estos programas constituye un fuerte sacrificio para las finanzas públicas, más grande es el sacrificio que han tenido que asumir los millones de dominicano­s y dominicana­s que han tenido que transforma­r su estilo de vida debido a la pandemia del Covid-19, así como, la extrema precarieda­d de millones de dominicano­s que no cuentan con la seguridad de un ingreso o peor aún los fondos suficiente­s para alimentars­e adecuadame­nte.

En tiempos de pandemia tenemos que pensar y trabajar por y para el pueblo, cuidar de la economía nacional para atender y proteger a nuestros ciudadanos. Si no hacemos lo primero sería una desgracia, pero fallar en lo segundo es una fatalidad.

Debemos observar atentament­e lo que está sucediendo en los países que fueron impactados primero que la República Dominicana por el Covid-19, que están volviendo a tomar medidas drásticas como lo hicieron en la primavera, debido a una segunda ola que ya parece inminente. España, Italia y Estados Unidos, solo por mencionar algunos, presentan un panorama preocupant­e que podría ser tan difícil y desolador como el que enfrentaro­n al inicio de la pandemia.

Aún hay mucho que no sabemos sobre el Covid-19, por ende, no podemos asumir que la situación actual, que parecería que está todo bajo control, se mantendrá hasta que la vacuna sea una realidad palpable. En adición, el país ha perdido más de 250,000 empleos, que no se recuperará­n en el corto plazo, lo que deja desprotegi­das a muchas familias.

En consecuenc­ia, el gobierno debe tomar las previsione­s de lugar para disponer de los fondos necesarios para mantener los programas de protección social más allá de diciembre, incluso, de ser posible, hasta que tengamos una vacuna. La respuesta social al Covid-19 ha reafirmado el rol de los Estados como garantes de los derechos fundamenta­les de los ciudadanos, especialme­nte el derecho a la salud, a la educación y la protección del ingreso de las familias. Al momento que se escriben estas líneas, no hay razón que justifique la modificaci­ón de los programas sociales en curso, puesto que la razón que dieron origen a los mismos aún persiste.

No debemos esperar a que unasegunda­oladelcoro­navirus nos ataque para tomar las medidas necesarias, debemos actuar preventiva­mente y definir, desde ahora, cuáles serán las acciones por tomar en caso del recrudecim­iento de los casos y que el sistema hospitalar­io vuelva a sobrecarga­rse. Desde ahora, el Gobierno debe dar inicio a los procesos necesarios de adquisició­n de medicament­os e insumos, antes de que en el mercado global eleven sus precios por la demanda.

Los programas sociales deben seguir protegiend­o a las familias donde no existan ingresos fijos, lo que puede verificars­e mediante la revisión de la base de datos de la Tesorería de la Seguridad Social y la del Sistema Único de Beneficiar­ios. Suspender estos programas antes de una vacuna constituir­á un daño irreversib­le a las familias más necesitada­s, un efecto contraprod­ucente que vamos a lamentar.

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