Ejemplos exitosos
Gil explica que se entiende por turismo tradicional aquel que promueve la masificación, el enclave y un modelo de negocios vertical concentrado en zonas costeras para ofrecer fundamentalmente el sol, la arena y mar (sun, sand and
sea), justo el modelo que se ha desarrollado en los principales polos del país durante los últimos 50 años.
“Este esquema ha ido evolucionando poco a poco y existen propuestas que han ido innovando este modelo de negocio, sobre todo en el ámbito de la hotelería dominicana. Hay hoteles bajo el modelo de ‘all inclusive’ que han asumido políticas de sostenibilidad realmente destacables”, sostiene.
Para la asesora del proyecto “Transformando la cadena de valor del turismo (cambio climático”), que ejecutan la Oficina Nacional de Estadísticas y el Ministerio de Medio Ambiente, en el país existen muchos ejemplos de propuestas turísticas “no tradicionales” que elevan la calidad de la oferta y del servicio turístico.
En la zona Sur cita el caso del hotel Casa Bonita, en Barahona.
“En medio de bosques, ríos, montañas, verdes y azules, las exquisitez de un espacio elegante, diversificado, de aventura y naturaleza, pero manteniendo elevados estándares de calidad e innovación. Cuentan con su pequeña hidroeléctrica y una arquitectura que ha sabido aprovechar la luz, el viento y el increíble paisaje de Barahona”.
En el Noreste, en las Galeras de Samaná, elogia la propuesta de Casa Paraíso, un espacio que, de acuerdo con Gil, “eleva a su máxima potencia la magnificencia de la Bahía”, con espacios abiertos, integrados a jardines naturales llenos de aves, flores y frutas; “un servicio de excelencia pero permitiendo el disfrute en un ambiente distendido, sibarita, auténtico, agradable y donde las palabras equilibrio y sostenibilidad son parte de la experiencia”.
También resalta ofertas comunitarias como los Saltos de la Damajagua en Imbert, Puerto Plata; y Jamao Ecotours, en la provincia Espaillat.