No es fácil
La comunidad deportiva dominicana debe entender el hecho de que no es tan fácil preparar un campeonato de beisbol en medio de una pandemia como la que afecta al mundo.
Estados Unidos lo hizo, pero antes de ello perdió cinco meses de actividad, desde la suspensión de los entrenamientos a mediados de marzo, hasta el 23 de julio cuando se inició el torneo de 60 juegos.
La NBA lo hizo, con un escenario totalmente distinto, mismo escenario, misma ciudad, bajo el mandato “de la cancha al hotel y viceversa”.
Pero ellos lo hicieron en el marco de una sociedad de buena educación y respeto a las leyes. Donde los dominicanos , que constituyen un 12% aproximado de esa colectividad de beisbol de grandes Ligas, tiene una conducta muy distinta a la que muestran en su país. Porque aquí, el dominicano es otro, tiene un pobre respeto por las leyes, y hasta le mete trompadas a las autoridades, policía o “guardia”.
Es más, algunos hasta les sacan armas cortas o medianas de sus vehículos (escopeta 12), como sucedió el domingo con el lanzador Wirfin Obispo, en el municipio Quisqueya, San Pedro de Macoris.
Claro que esas son las minorías pues la mayoría tiene un concepto de responsabilidad muy definido. Y esa mayoría se ve afectada, en cuanto a imagen, por unos cuanto desaprensivos. Quiero defender a Lidom y sus equipos porque hacen este esfuerzo para mantener la tradición invernal de nuestro beisbol. Es más, si no tuviesen el subsidio del Gobierno Central, que ha aportado unos 420 millones de pesos (75 millones por equipos), hubiera sido muy difícil montar el evento. Sin público, los ingresos merman al 50%, de acuerdo a lo dicho públicamente por el presidente de Lidom, Vitelio Mejia. Dice el doctor Edward Guzmán, viceministro de Salud Pública y quien dirige el operativo de Lidom, que está en manos de los actores del negocio cumplir cada quien su responsabilidad. Empleados, ejecutivos y peloteros, y creo que tiene toda la razón. Si un pelotero sale de un estadio a las 11 de la noche, y de ahí se va de fiesta con 20 personas, entonces la situación se torna un caos. Y eso puede suceder aquí, siempre. Y con un solo infectado, que al día siguiente se mete en el club house de su equipo, el sancocho se daña por completo. Asi de simple y peligroso es esto. (lea más