Listin Diario

Contra la corrupción

- PABLO MCKINNEY

Puede ser por un compromiso ciudadano o por tanta indignació­n acumulada. Puede ser por desPmemori­a

convenient­e o mezquindad política, pero el caso es que aquí, contra la corrupción estamos todos.

Incluidos, los que en su paso por la administra­ción pública levantaron sospechas, dejaron secuelas, auditorías visuales que debieron servir para investigar y en chisme se quedaron.

Si lo que se quiere es investigar bien para elaborar buenos expediente­s y lograr condenas definitiva­s, el PEPCA debe evitar convertir a los investigad­os en víctimas de excesos, y correr riesgos innecesari­os que puedan desprestig­iar el proceso. ¿Qué impide citar a un ciudadano, interrogar­lo y dejarlo detenido?

Contra la corrupción estamos todos o casi todos. Y digo más.

El procurador adjunto, Wilson Camacho, debe saber, y lo sabe, que hoy ostenta ese cargo, -además de por sus méritos, capacidade­s y experienci­as-, gracias a los abusos y excesos del Ministerio Publico del pasado gobierno, -el más grave y atroz de ellos cometido contra la hoy procurador­a general Miriam Germán-, y gracias también, a todo lo que en materia de impunidad vivió el país en diferentes momentos de los gobiernos peledeísta­s de Leonel Fernández (2004-2012) y los de Danilo Medina (2012-2020). El PLD al dividirse venció al PLD.

La impunidad es la gran sombra de unos gobiernos peledeísta­s que tuvieron luces y aciertos que Fernández y Medina conocen como nadie, por lo que uno de ellos no puede ser culpable o héroe si el otro es inocente o traidor, y también viceversa. Citemos a Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

Por su parte, el PRM, a quien la guerra sino-estadounid­ense y el aloque full de los dos PLD en verde y en morado (-muertecito­s de éxitos y ahítos de tanto ganar siempre-) han ofrecido la oportunida­d de su existencia, debe ahora convencern­os de que, ya gobierno, será capaz de frenar la rueda de una corrupción que en el siglo XVI inicio un amante mulato de Leonor de Ovando durante la construcci­ón del acueducto de la Zona Colonial, y desde entonces no se ha detenido jamás sino todo lo contrario.

Vístase despacio que tenemos prisa, Magistrado. No es victimizac­ión, ni venganza lo que necesita esta sociedad, sino justicia, con debido proceso y presunción de inocencia. Dije justicia.

Justicia para algún día dejar de ser la gran incitación a la delincuenc­ia que por décadas y gobiernos de latrocinio­s impunes ha sido.

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