Federico Jiménez Losantos: Pablo Iglesias se morirá muy rico y nosotros muy pobres
Federico Jiménez Losantos (Orihuela, 1951) acaba de publicar “La vuelta del comunismo”, un libro donde trata la creación de la dinastía Iglesias al más puro estilo, según el autor, de los Kim en Corea o los Castro en Cuba
MARÍA VILLARDÓN
Periodista y escritor. Federico Jiménez Losantos (Orihuela del Tremedal, Teruel, 1951) es buen conversador porque parece desconocer muy pocas cosas. Es la pareja ideal de Trivial, sobre todo si usted, como mi persona –guiño de ojo–, acepta las derrotas con ausente deportividad.
El abuelo de Pablo Iglesias, Manuel, no era tan antifranquista y progresista como aparentaba ser y el padre, Javier, era más del FRAP de lo que quería hacer creer. Cree Jiménez Losantos que el líder de Podemos conocerá intimidades de su familia que desconocía gracias a su libro, pero confirma que no ha mandado ningún ejemplar a Vicepresidencia porque no malgasta dinero con “maleantes, que se gaste el dinero de Venezuela”.
El capítulo estrella está siendo la carta que el abuelo de Iglesias manda a Franco pidiendo la conmutación de la pena de muerte y renegando del comunismo.
Llega, nada más y nada menos, que al ministro Pedro Gamero del Castillo, Franco jamás leyó esa carta. Manuel Iglesias estudia en la Universidad de Sevilla con un grupo de alta sociedad que, más tarde, formaría parte de la cúpula de mando de la Falange y, además, tenía un don para llevarse bien con todo el mundo porque el tío, fíjate, consigue ser comunista con Margarita Nelken,
presidir un tribunal militar que dicta sentencias de muerte en una guerra especialmente cruel o mandar a un soldado al frente sin armas que es como mandarlo a matar. Mira, la carta a Franco es una catarata de almíbar:
“…morir por algo tan torpe y miserable como fue la causa roja es una doble muerte…”
Encima no iba a morir, la carta era una mera formalidad, si llegó a un ministro es que todo estaba hecho. Lo mejor de todo es que, además, pasa a trabajar en uno de los ministerios más falangistas que es el de Trabajo. Se convierte en propagandista de Franco, el que dice su nieto que era un resistente antifranquista. Siempre bajo el ojo de la dictadura, pero, ¡vamos a ver!, si el ojo ¡era el abuelo! Luego le da por el sexo, desde joven está muy obsesionado y hace una serie de libros sobre la castidad, entre otros. Es una especie de pervertido inquisidor del sexo. Por ejemplo, niega que los hijos que no son naturales del matrimonio, aunque estén de acuerdo hombre y mujer en el nacimiento, no deben ser admitidos, tienen que ser naturales adulterinos y no reconocidos como legítimos.
Con estas idas y venidas, el abuelo Iglesias recuerda más a Pedro Sánchez que a su propio nieto.
No tiene tanta habilidad como el abuelo Iglesias, éste aún va más allá. Cuando ya ha tenido éxito en la vida, ¿qué hace? Dar carreras a sus siete hijos y casarlos a todos con familias nobles y del régimen franquista. Un jeta, eso era. Este es el abuelo heroico,