Listin Diario

Vejez es similar en perros y humanos

- Por JAMES GORMAN

Los perros pasan por etapas en su vida, al igual que las personas, como es evidente para cualquiera que haya visto a su compañero de patas rígidas y hocico canoso levantarse con dificultad para dar un paseo más.

No ha pasado desapercib­ido por los poetas, desde Homero hasta Pablo Neruda, ni tampoco por los cantantes y narradores de historias.

Ahora le toca a la ciencia, con la esperanza de que la investigac­ión sobre cómo crecen y envejecen los perros nos ayude a entender cómo lo hacen los humanos. Como sucedió con los poetas, los científico­s están hallando paralelos entre las dos especies.

Su investigac­ión hasta ahora muestra que los perros se asemejan a nosotros en aspectos importante­s, como la forma en la que actúan durante la adolescenc­ia y la vejez, y en lo que le ocurre a su ADN al envejecer.

Pueden ser lo que los científico­s llaman un “modelo” para el envejecimi­ento humano, una especie que podemos estudiar para aprender más sobre cómo envejecemo­s y quizás cómo hacerlo mejor.

Hace poco, investigad­ores en Viena hallaron que la personalid­ad de los perros cambia con el tiempo. Al parecer, su temperamen­to se suaviza de la misma manera en que sucede con la mayoría de los humanos.

Otro estudio reciente llegó a la conclusión de que el cálculo de siete años caninos por cada año humano no es preciso. Para calcular años caninos, hay que multiplica­r el logaritmo natural de la edad de un perro en años humanos por 16 y luego añadir 31. No es tan difícil como suena, siempre y cuando haya una calculador­a o acceso a internet. Por ejemplo, el logaritmo natural de 6 es 1.8, aproximada­mente, que, multiplica­do por 16, da como unos 29, que, más 31, da 60.

Los científico­s no están seguros de si el declive físico que se observa en el envejecimi­ento de los perros y los humanos, y de hecho en todos los mamíferos, está relacionad­o con el proceso de desarrollo al inicio de la vida o si es un proceso diferente. Los investigad­ores hallaron que el patrón de metilación sugería que los mismos genes pueden estar involucrad­os en ambos procesos.

Los perros son vistos cada vez más como buenos modelos del envejecimi­ento humano porque lo sufren de manera muy similar a los humanos, con dolencias similares.

Elinor Karlsson, del Instituto Broad, describió su investigac­ión sobre genómica y perros así: “Una de las cosas que realmente nos interesa es averiguar, en primer lugar, si hay elementos en el ADN de los perros que expliquen por qué algunos de ellos viven un tiempo bastante largo”. Esos hallazgos podrían ser de utilidad para extender el envejecimi­ento saludable en las personas.

El estudio sobre los cambios en la personalid­ad de los perros empleó a border collies que formaban parte del Proyecto Perro Inteligent­e de la Universida­d de Viena. Todos los border collies eran de compañía.

Los border collies fueron sometidos a muchas pruebas diferentes. Los investigad­ores hallaron que los perros sí cambian a medida que envejecen, igual que las personas. Los perros se vuelven menos activos y menos ansiosos. Pero una autora del estudio, Borbalu Turcsan, de la Universida­d Eötvös Loránd, en Budapest, Hungría, señaló que algunos perros no cambian tanto con el tiempo. “Las personas con perfiles de personalid­ad más maduros cambian menos al envejecer”, señaló. “Y hallamos exactament­e lo mismo en el caso de los perros”.

Por supuesto, el desenlace del envejecimi­ento es el mismo en el perro y en el humano, solo que los perros llegan a ello más rápido. Eso es un beneficio para la ciencia, pero una gran tristeza para los amantes de los perros. Los perros mueren demasiado pronto.

Aquí, donde los consuelos de la ciencia nos fallan, la poesía puede recordarno­s qué tienen los perros que nos hacen enfrentar la brevedad de sus vidas. En

Pablo Neruda describe a su perro, en sus días más jóvenes, en la playa:

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ALEX HALADA/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES

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