Vejez es similar en perros y humanos
Los perros pasan por etapas en su vida, al igual que las personas, como es evidente para cualquiera que haya visto a su compañero de patas rígidas y hocico canoso levantarse con dificultad para dar un paseo más.
No ha pasado desapercibido por los poetas, desde Homero hasta Pablo Neruda, ni tampoco por los cantantes y narradores de historias.
Ahora le toca a la ciencia, con la esperanza de que la investigación sobre cómo crecen y envejecen los perros nos ayude a entender cómo lo hacen los humanos. Como sucedió con los poetas, los científicos están hallando paralelos entre las dos especies.
Su investigación hasta ahora muestra que los perros se asemejan a nosotros en aspectos importantes, como la forma en la que actúan durante la adolescencia y la vejez, y en lo que le ocurre a su ADN al envejecer.
Pueden ser lo que los científicos llaman un “modelo” para el envejecimiento humano, una especie que podemos estudiar para aprender más sobre cómo envejecemos y quizás cómo hacerlo mejor.
Hace poco, investigadores en Viena hallaron que la personalidad de los perros cambia con el tiempo. Al parecer, su temperamento se suaviza de la misma manera en que sucede con la mayoría de los humanos.
Otro estudio reciente llegó a la conclusión de que el cálculo de siete años caninos por cada año humano no es preciso. Para calcular años caninos, hay que multiplicar el logaritmo natural de la edad de un perro en años humanos por 16 y luego añadir 31. No es tan difícil como suena, siempre y cuando haya una calculadora o acceso a internet. Por ejemplo, el logaritmo natural de 6 es 1.8, aproximadamente, que, multiplicado por 16, da como unos 29, que, más 31, da 60.
Los científicos no están seguros de si el declive físico que se observa en el envejecimiento de los perros y los humanos, y de hecho en todos los mamíferos, está relacionado con el proceso de desarrollo al inicio de la vida o si es un proceso diferente. Los investigadores hallaron que el patrón de metilación sugería que los mismos genes pueden estar involucrados en ambos procesos.
Los perros son vistos cada vez más como buenos modelos del envejecimiento humano porque lo sufren de manera muy similar a los humanos, con dolencias similares.
Elinor Karlsson, del Instituto Broad, describió su investigación sobre genómica y perros así: “Una de las cosas que realmente nos interesa es averiguar, en primer lugar, si hay elementos en el ADN de los perros que expliquen por qué algunos de ellos viven un tiempo bastante largo”. Esos hallazgos podrían ser de utilidad para extender el envejecimiento saludable en las personas.
El estudio sobre los cambios en la personalidad de los perros empleó a border collies que formaban parte del Proyecto Perro Inteligente de la Universidad de Viena. Todos los border collies eran de compañía.
Los border collies fueron sometidos a muchas pruebas diferentes. Los investigadores hallaron que los perros sí cambian a medida que envejecen, igual que las personas. Los perros se vuelven menos activos y menos ansiosos. Pero una autora del estudio, Borbalu Turcsan, de la Universidad Eötvös Loránd, en Budapest, Hungría, señaló que algunos perros no cambian tanto con el tiempo. “Las personas con perfiles de personalidad más maduros cambian menos al envejecer”, señaló. “Y hallamos exactamente lo mismo en el caso de los perros”.
Por supuesto, el desenlace del envejecimiento es el mismo en el perro y en el humano, solo que los perros llegan a ello más rápido. Eso es un beneficio para la ciencia, pero una gran tristeza para los amantes de los perros. Los perros mueren demasiado pronto.
Aquí, donde los consuelos de la ciencia nos fallan, la poesía puede recordarnos qué tienen los perros que nos hacen enfrentar la brevedad de sus vidas. En
Pablo Neruda describe a su perro, en sus días más jóvenes, en la playa: