Desarrollo de fármacos quedó rezagado
El desarrollo de fármacos prometedores, llamados antivirales, que podría detener temprano al coronavirus, ha sido descuidado en la carrera por desarrollar vacunas. El Gobierno de Estados Unidos gastó 18.5 mil millones de dólares en vacunas, que resultó en por lo menos cinco productos efectivos, pero su inversión en medicamentos fue de sólo unos 8.2 mil millones de dólares.
Unas cuentas terapias —remdesivir, anticuerpos monoclonales y el esteroide dexametasona— han mejorado el cuidado a los pacientes con covid-19. Pero estos fármacos no son para todo el mundo. Los esfuerzos por readaptar otros medicamentos o descubrir otros nuevos no han tenido gran éxito.
Mientras tanto, unos cuantos fármacos han recibido una inversión sostenida a pesar de los resultados decepcionantes. La evidencia muestra que los medicamentos hidroxicloroquina y cloroquina contra la malaria no funcionaron contra el covid-19. No obstante, continúan 179 ensayos clínicos con 169 mil 370 pacientes, reporta el Registro Covid de Agentes Nuevos y Fuera de la Lista de la Universidad de Pensilvania. Y el Gobierno canalizó decenas de millones de dólares a un programa de acceso ampliado al plasma de convalecientes, infundiendo a casi 100 mil pacientes de covid antes de que hubiera evidencia de que funcionara. En enero, los ensayos clínicos revelaron que, al menos para los pacientes hospitalizados, no funciona.
Janet Woodcock, comisionada en funciones de la Dirección de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), dijo que en el siguiente par de meses la Administración Biden planea iniciar ensayos clínicos grandes y bien organizados para medicamentos existentes que podrían readaptarse para combatir el covid-19.
Es apenas ahora que los Institutos
Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) están armando una iniciativa para desarrollar fármacos nuevos, pero no estarán listos a tiempo para combatir la actual pandemia.
El enfoque en unos cuantos fármacos existentes llevó a la veloz autorización por parte de la NIH del remdesivir y de los anticuerpos monoclonales.
El remdesivir, que impide que los virus se repliquen en el interior de las células, puede acortar modestamente el tiempo que requieren los pacientes para recuperarse, pero no tiene efecto alguno sobre la mortalidad. Los anticuerpos monoclonales, que impiden que el virus entre en las células, pueden ser potentes, pero solo cuando se administran antes de que la gente esté lo suficientemente enferma como para ser hospitalizada.
En abril, cuando se dispararon los casos en la Ciudad de Nueva York, Charles Mobbs, neurocientífico de la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí, se enteró de la labor en Francia que insinuaba la eficacia de un medicamento antipsicótico.
Los médicos en los hospitales psiquiátricos franceses habían notado que relativamente pocos pacientes se enfermaban de covid-19 en comparación con el personal que los atendía. Los investigadores especularon que los fármacos que tomaban los pacientes podían estar protegiéndolos.
Uno de esos fármacos, el antipsicótico clorpromazina, había demostrado en experimentos de laboratorio que impedía la multiplicación del virus. Los médicos trataron de iniciar un ensayo con clorpromazina, pero la pandemia aminoró en Francia. Mobbs entonces pasó semanas haciendo los preparativos para un ensayo en pacientes hospitalizados en el Hospital Monte Sinaí, para toparse con el mismo muro. “Nos quedamos sin pacientes”, dijo.
En febrero, Sumit K. Chanda, virólogo en el Instituto de Descubrimiento Médico Sanford Burnham Prebys, en California, y su equipo tamizaron 13 mil fármacos, mezclando cada uno de ellos con células y coronavirus para ver si detenían las infecciones. Sometieron a prueba un medicamento, una píldora barata contra la lepra llamada clofazimina, en tejido pulmonar humano y en hámsters. La clofazimina combatía el virus en los animales si la recibían poco después de ser infectados.
Chanda está buscando fondos para ensayos clínicos grandes.
La farmacéutica española PharmaMar reportó resultados prometedores de un pequeño ensayo de seguridad de la plitidepsina, un fármaco para el cáncer más potente que el remdesivir para detener el coronavirus en el laboratorio. PharmaMar planea iniciar un ensayo clínico de última fase en España.
El gigante farmacéutico Merck está en las etapas finales de un gran ensayo sobre una píldora llamada molnupiravir, desarrollada originalmente para la influenza, que ha demostrado curar a hurones de covid-19. Y en abril se descubrió que también podía tratar a ratones infectados con otros coronavirus que causan el SARS y el MERS.