Tema de reunión fueron las vacunas contra covid
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Representantes de 22 países de América Latina y la Península Ibérica, en Europa, se unieron para exigir un acceso más equitativo y solidario a las vacunas contra el COVID-19, así como mecanismos de financiación más flexibles para superar la debacle económica actual a ambos lados del Atlántico.
La participación de Venezuela, finalmente representada por su vicepresidenta, generó fricciones y rechazo por parte de algunos participantes en la 27ma edición de la Cumbre Iberoamericana que acogió la pequeña nación de Andorra. Pero los países se unieron en su diagnóstico de la crisis provocada por la pandemia y apelaron a la unidad para superarla.
Muchos criticaron los mecanismos globales de reparto de vacunas, que han hecho que América Latina haya recibido alrededor de un 8% de las dosis distribuidas globalmente, la mayoría concentradas en un puñado de países, a pesar de que la región acumula casi el 30% de los más de tres millones de víctimas mortales del coronavirus.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, abogó por “una pronta modificación de los estándares internacionales que protegen la hegemónica industria farmacéutica a costa del perjuicio de miles de millones de seres humanos” y reclamó la liberación de las patentes de las vacunas y los fármacos contra el COVID-19. Su homólogo argentino, Alberto Fernández, pidió en cambio un sistema que reconozca las patentes pero que permita otorgar licencias para reforzar su producción.
“Los derechos de propiedad intelectual deben ayudar y no ser un freno”, dijo el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, quien prometió trasladar la cuestión a la Unión Europea. Sánchez también anunció que España donará un mínimo de 7,5 millones de dosis para la región este año cuando la mitad de su población esté vacunada.
Pero la propiedad intelectual no apareció en la declaración final de la cumbre. En ella, los líderes urgieron a la comunidad internacional y a la industria farmacéutica “a enfrentar la pandemia global de forma más equitativa y solidaria”, para permitir el acceso a vacunas, otros insumos médicos y medicamentos “a precios accesibles (que) sean universales, y evitando el acaparamiento de las mismas por parte de los países que tienen mayor poder o influencia económica.”