Se reduce demanda de piñatas en México
CIUDAD DE MÉXICO — Contra el telón de fondo de esmog y concreto, brotando como flores entre los edificios color ceniza, cuelgan en hilera tras hilera: piñatas, pintadas de todos los colores, desde fucsia brillante hasta azul profundo y verde tipo Baby Yoda. En la banqueta, una piñata de Spiderman está junto a Batman, mientras que Mickey Mouse se apoya en Sonic el Erizo.
Entre los superhéroes, princesas de Disney y personajes de caricatura cuyos derechos de autor tienen a todos sin cuidado, hay un recién llegado al repertorio: pintado de color verde limón con una corona dorada y picos que apuntan en todas direcciones, el coronavirus mira amenazante a los transeúntes.
La piñata pandémica es una de sus opciones más populares, afirmó Iván Mena Álvarez, quien opera una de las tiendas más antiguas de la Colonia Cuauhtémoc conocida por sus piñatas.
Transformar un virus mortal en un símbolo cómico podría parecer una jugada arriesgada, en especial en un país que ocupa el tercer lugar en el mundo en cantidad de víctimas mortales del covid-19, pero Mena dijo que sus clientes recibían con agrado la oportunidad de apalear la imagen de un adversario que ha causado estragos en la economía y devastado comunidades.
“Los mexicanos nos reímos hasta de la muerte”, dijo Mena. “Se ha vuelto un monstruo más”.
Mena dijo que sus ventas se habían desplomado, colocándolo en una situación económica desesperada, pero que las pérdidas personales habían sido aún peores. Once miembros de su familia extendida han fallecido de covid-19.
“Está muy difícil la cosa para muchos de nosotros”, dijo. “Nunca se hubiera imaginado uno que habría tantos muertos en tan poco tiempo”.
El mes pasado, el Gobierno mexicano actualizó sus cifras oficiales, mostrando que el virus podría haber cobrado más de 300 mil vidas, un número impactante para el país de 126 millones de habitantes.
El efecto de la pandemia en la economía también ha sido devastador. El año pasado, México sufrió su mayor bache económico anual desde la Gran Depresión, y las consecuencias financieras pueden provocar que millones de personas caigan en la pobreza.
La elaboración de piñatas, una tradición mexicana que se remonta al siglo XVI, se ha visto en gran medida paralizada por las restricciones a las fiestas de cumpleaños y otras reuniones, celebraciones en las que romper las figuras llenas de golosinas es una parte importante.
“No puedes trabajar, ya no hay fiestas, nadie te compra”, dijo Dalton Ávalos Ramírez, quien opera una tienda de piñatas en la ciudad de Reynosa, en la frontera con EE. UU. Dijo que había pasado de vender entre 20 y 30 piñatas a la semana antes de la pandemia, con precios de entre 15 y 125 dólares, a una o dos algunas semanas.
Nada podía preparar a Mena para el impacto de la pandemia. Cuando gran parte del país entró en confinamiento a finales de marzo del año pasado, las ventas cayeron 90 por ciento, dijo. Para sobrevivir, empezó a improvisar. Además de la piñata del coronavirus, su tienda empezó a vender imágenes de Hugo López-Gatell, el zar del coronavirus del país que ha sido muy criticado por subestimar los efectos de la pandemia en México.
A pesar de lo ingenioso, las ventas han aumentado poco y el Gobierno mexicano no ha dado a los negocios casi ningún estímulo para salir adelante.
Mena se enjugó las lágrimas al recordar cómo la situación se volvió tan desesperada el verano pasado que sus clientes y vecinos comenzaron a agregar paquetes de comida a sus pagos de piñatas para ayudarle a salir adelante. “La gente ya nos conocía, gracias a Dios, gente buena”, afirmó. “Nos ayudaron”.
La familia esperaba que las ventas repuntaran en Navidad, que suele ser la época de mayor actividad, pero a mediados de diciembre la capital entró en otro confinamiento y la tienda se vio obligada a cerrar. Sin embargo, Mena dijo que entendía la necesidad de “sacrificar nuestras ganancias por el bien de la gente”.
Mena hoy se siente más optimista sobre el futuro. Aunque el despliegue de las vacunas va lento, cree que con eso su negocio y la industria centenaria de la que está tan orgulloso empezarán a recuperarse.