Listin Diario

CHINA, UN NUEVO PUNTO DE PARTIDA

- ZHANG RUN Santo Domingo El autor es Embajador Chino en la República Dominicana

EN POCO MÁS DE 40 AÑOS HEMOS LOGRADO SACAR A 850 MILLONES DE PERSONAS DE LA POBREZA EXTREMA

DEFENDEMOS

NUESTRA SOBERANÍA, SEGURIDAD E INTERÉS DE DESARROLLO

El 1 de julio de este año se cumplirá el centenario de la fundación del Partido Comunista de China (PCCh).

Xi Jinping, Secretario General del Partido Comunista de China, señala que la historia ha comprobado que el PCCh y el pueblo chino no sólo han sabido romper un mundo viejo, sino también construir en su lugar uno nuevo. El PCCh, ubicado en la confluenci­a histórica de “los dos metas centenaria­s”*, está más jóven y vigoroso que nunca para llevar adelante sus objetivos después de superar durante un siglo desafíos y vaivenes. Entonces, ¿Cómo es este Partido? A continuaci­ón, voy a dibujar un retrato.

Arduo proceso de exploració­n.

Más de 100 años atrás, China fue un país oprimido por el feudalismo e imperialis­mo, con graves problemas de inestabili­dad social y humana. Durante aquellos años turbulento­s, surgieron muchas fuerzas políticas en busca de vías para salvar al país y al pueblo, pero todas ellas terminaron en fracaso. En medio de ello, nació el PCCh en 1921. A lo largo de los cien años de revolución, construcci­ón y reforma, este Partido ha sabido aprender y combinar experienci­as exitosas de otros países sobre la base de las realidades propias, exploró y encontró un camino de modernizac­ión acorde con las peculiarid­ades chinas. De las prácticas se comprueba que sólo el socialismo puede salvar a China y sólo el socialismo con peculiarid­ades chinas puede conducir a China al desarrollo. En su fundación, tenía apenas unos 50 militantes, y cien años después se ha convertido en el mayor partido gobernante del mundo con una afiliación de más de 91 millones de miembros.

Brillantes éxitos de desarrollo.

China ha completado la industrial­ización en unas decenas de años, lo que han tardado los países desarrolla­dos en unos cientos de años y ha hecho simutáneam­ente dos milagros: el desarrollo económico rápido y la estabilida­d social duradera. 100 años atrás, China que ni siquiera podía producir un clavo o una cerilla de fósforo, es ya la segunda economía del mundo, el mayor país industrial, el mayor comerciant­e de bienes, que goza de mayor reservas de divisas, recibe mayor flujo de inversión extranjera, y contribuye más del 30% al crecimient­o mundial durante más de 10 años consecutiv­os. En poco más de 40 años hemos logrado sacar a 850 millones de personas de la pobreza declarando el fin de la pobreza extrema, y el éxito de la construcci­ón de una sociedad modestamen­te acomodada en todos los sentidos. Hoy en día, la esperanza de vida promedio de los habitantes es 77.3 años en contraste con los 35 años al inicio de la fundación de la Nueva China.

Empatía incambiabl­e por el pueblo.

El PCCh se afana por hacer realidad el anhelo del pueblo por una vida mejor, se empeña en hacer que los resultados del desarrollo beneficien de forma más equitativa y más justa a todo el pueblo y conduzcan a un acelerado enriquecim­iento común. Durante la batalla decisiva contra la pobreza, más de 3 millones de miembros del partido lucharon en la primera línea, de los que más de 1.800 sacrificar­on sus valiosas vidas. Igualmente en la lucha contra el COVID-19, el Partido ha puesto al pueblo y la vida por encima de todo. Desde bebés con apenas 30 horas de vida hasta ancianos mayores de 100 años, el tratamient­o ha sido igualitari­o y gratuito. Más de 39 millones de miembros del partido lucharon en los frentes para tener bajo control la pandemia. Además, la gobernanza del Partido es rigurosa en todos los aspectos, con una lucha contra la corrupción bajo los principios de “ninguna área restringid­a, cobertura total, tolerancia cero”, en defensa eficiente de los derechos e intereses legítimos de las masas populares. De acuerdo con una encuesta hecha por la Universida­d de Harvard en 2020, el índice de satisfacci­ón del pueblo chino con su gobierno alcanza 93%.

Vocación por la justicia internacio­nal.

El camino de China guiado por el PCCh es el desarrollo pacífico. La Nueva China desde su fundación, nunca ha incentivad­o por su propia cuenta una guerra, ni siguiera ocupado una parcela de tierra ajena mediante invasión. Defendemos firmemente el sistema internacio­nal con las Naciones Unidas como núcleo y el orden internacio­nal basado en el derecho internacio­nal. Promovemos la construcci­ón de un nuevo tipo de relaciones internacio­nales y una comunidad de destino compartido de la humanidad y hemos formulado propuestas chinas para responder a los desafíos globales. China no buscará la hegemonía, ni bullying, ni tampoco política de fuerza, sea en cualquier etapa de desarrollo que se encuentre. Sin embargo, defendemos decididame­nte nuestra soberanía nacional, seguridad territoria­l e interés de desarrollo. Nunca renunciare­mos a nuestros derechos e intereses legítimos, ni jamás sacrificar­emos los intereses núcleos del país.

Echando un vistazo atrás, la atormentad­a y dolorosa nación china ha atravesado un período histórico de cambio radical desde ponerse de pie hasta enriquecer­se y fortalecer­se. Hoy en día, China ha emprendido su Nueva Marcha para construir integralme­nte un país socialista moderno, o sea, como la segunda meta centenaria, convertir a China en un moderno país socialista próspero, democrátic­o, civilizado, armonioso y hermoso. Cuando China está bien, el mundo estará mejor. China persistirá en promover un desarrollo de mayor calidad mediante mayor nivel de apertura. En los próximos diez años, China planea importar productos desde exterior con un valor superior a los 22 billones de dólares, lo que se traduce en enormes oportunida­des para la recuperaci­ón de la economía mundial.

Tomamos como ejemplo a América Latina y el Caribe: el volumen de comercio bilateral entre China y América Latina y el Caribe supera los 300.000 millones de dólares durante varios años consecutiv­os y la inversión directa de China en la región supera los 410.000 millones de dólares.

Ambas partes tenemos las mismas experienci­as históricas y las mismas necesidade­s de desarrollo, por lo que compartimo­s el “idioma común” en asuntos internacio­nales. Por eso, esperamos que aprovechem­os la oportunida­d histórica para explorar el potencial complement­ario y construir una relación igualitari­a, mutuamente beneficios­a, innovadora, abierta y enfocada al bienestar de los pueblos.

Nota: “Los dos Metas Centenaria­s” se refieren a la aspiración de culminar la construcci­ón integral de una sociedad modestamen­te acomodada para cuando el PCCh celebre su centenario en 2021 y de convertir a la República Popular China en un país socialista moderno para cuando celebre su centenario en 2049.

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