Willy Rodríguez Entregado de la A a la Z a la radio dominicana
Recorrido. La muerte del veterano locutor deja sin una de sus voces estelares a la radiodifusión, medio en el que gravitó durante cinco décadas
Willy Rodríguez no resistió la embestida del covid. La muerte del veterano locutor deja sin una de sus voces estelares a la radio dominicana, medio en el que fue un entusiasta propulsor, en el que se ganó el mote de “La Leyenda” y al que se entregó de la A a la Z, en cuerpo y alma, durante más de cinco décadas. Tenía 72 años de edad.
Aunque influenció en las emisoras de frecuencia modulada, su trabajo en los últimos 35 años se concentró en la emisora Z-101, donde fue director y de los fundadores de programas de gran incidencia socio-política y de altos niveles de audiencia como “El Gobierno de la Mañana”.
Su pasión por las ondas hertzianas y la radiodifusión crecieron con él desde el seno familiar en su natal La Vega.
Orígenes
En los años 40, su padre, Vinicio Soto Brenes, fue el primer técnico de planta de La Voz del Yuna, primera emisora dominicana que tenía su sede en Bonao, y cuyo propietario era José Arismendy Trujillo Molina, conocido como Petán.
“La radio está en nuestra sangre, nacimos viendo al viejo (su padre) trabajar radio y hemos seguido toda la vida haciendo radio”, llegó a decir en una entrevista televisiva en 2017.
Su actitud de defensa de la democracia fue forjada en los brazos de su madre, Aracelys Rodríguez, quien a la vez era hija de Matili Rodríguez, familiar muy cercano al general Juancito
Rodríguez, un comerciante que enfrentó la dictadura de Trujillo y contribuyó al financiamiento de las expediciones de Cayo Confi
tes en 1947 y Luperón en 1949.
“La posición política de la familia nos trajo persecuciones, serias consecuencias, que nos afectaron en todo, incluso en los estudios”, dijo en una entrevista en 2016 en el periódico El Caribe.
A mediados del siglo XX, en 1962, tras la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, el joven ya fungía como radioaficionado en la ciudad de La Vega.
En las noches tenía comunicaciones con colegas de Cuba, Venezuela y otros países de América Latina.
Cuando su familia se mudó de La Vega a San Francisco de Macorís, en la misma región del Cibao, su padre lo ayudó a construir una pequeña estación que cubría dos o tres cuadras, y ahí nació Radio Juventud, que operaba en su casa.
Además de San Francisco también formó parte de emisoras de La Vega, Santiago y Puerto Plata.
En la capital cibaeña hizo radio junto a Yaqui Núñez del Risco y José Guillermo Sued, quienes luego marcaron la comunicación.
Del Cibao, en 1970 se fue a vivir a Santo Domingo, donde ingresó a HIJB para luego seguir a Radio Visión y HIZ.
En esa estación radial “viene otro gran momento de mi vida, que es el récord internacional de permanen cia en un micrófono, donde duramos 64 horas trabajando radio sin parar, en ocasión de celebrarse en el país Miss Universo”, relató en una entrevista con el periódico El Caribe.
De ahí pasó a Radio Santo Domingo y luego a Radio Disco, donde muchos aun recuerdan su voz y su estilo.
Su ingreso a la Z-101, llamado por el empresario Bienvenido Rodríguez, fue como director de eventos, y al poco tiempo lo nombra director general.
En 1986 inició el histórico programa “El Gobierno de la Mañana”, que marca un antes y un después en la radio hablada dominicana y que marca el surgimiento de los denominados interactivos.
Lo de “La Leyenda” surge porque en los primeros años de “El Gobierno de la Mañana” estaban Marino Guzmán, Juan Taveras Hernández y él hasta que en un momento dado llega al programa don Álvaro Arvelo hijo “y nos bautiza con el nombre de La Leyenda de la Radio”, en el año 1991.
“Para la época, en la calle Ramón Cáceres con Ovando, en Cristo Rey, se producían unos doce atracos al mes, y nos propusimos llevar el arte al barrio, y abrimos la oportunidad a los jóvenes para que incursionaran al arte a través de la pintura, y agarramos todas las paredes de la zona e hicimos allí murales con esos muchachos, premiamos a los mejores; y muchos de los muchachos que eran perseguidos llegaron allí a hacer obras que permanecieron por muchos años. Esto mantuvo en don Álvaro la idea de que Willy Rodríguez era la leyenda de la radio en la República Dominicana”, contó.
El director de la Z-101 recibió todos los reconocimientos importantes, como el otorgado por el gobierno de Leonel Fernández en el Grado de Gran Caballero, así como el Micrófono de Oro y otros galardones.
Willy deja una hija, Judith, y una nieta, que tiene tres hijos, o sea que también le sobreviven tres biznietos, dos hembras y un varón.
El legendario locutor se distinguió por la realización de grandes coberturas en la Z-101, como la Semana Santa, las navidades, el carnaval de La Vega y otros eventos importantes del país. A Willy no se le ubica en otro lugar que no sea la radio, hasta justo antes de caer en cama de hospital contagiado de covid y morir anoche.