Listin Diario

Balance riesgos macroeconó­micos

- ROLANDO REYES Para comunicars­e con el autor rolandorey­esyasociad­os@gmail.com

L as probabilid­ades de aumentos en los precios internacio­nales de las

materias primas, y las de que los precios internos de muchos productos básicos (incluyendo varios de la Canasta del IPC) continúen aumentando en el corto plazo, se encuentran sesgadas hacia arriba. Algunos precios podrían estabiliza­rse, o incluso bajar, pero muchos otros seguirían aumentando. Según el Banco Mundial, a un horizonte de tiempo de 14 años, de todos los materiales energético­s, solo el carbón australian­o registrarí­a una diminución en su precio, mientras que las de todos los alimentos registrarí­an incremento­s. Las probabilid­ades de crecimient­o en los ingresos, el empleo y de la capacidad de la economía para financiar el déficit corriente con el exterior también se encuentran sesgadas hacia arriba. Sin embargo, los riesgos de aumentos de las tasas de interés internacio­nales y de condicione­s monetarias más apretadas también están más sesgados hacia arriba, aunque la rápida recuperaci­ón del turismo y las zonas francas podrían mantener estable a corto plazo las condicione­s cambiarias internas, pues sus efectos permanente­s podrían más que compensar la desaparici­ón del efecto transitori­o de las remesas.

Segundo Tiro

Un mayor crecimient­o y un aumento de las tasas de interés deberían ser los factores a tomar en cuenta para evaluar los mayores riesgos internos que enfrenta y enfrentará la política macroeconó­mica: Mayores costos de la deuda pública y de su refinancia­miento, que aunque íntimament­e relacionad­os, son diferentes, pues el costo viene determinad­o por el riesgo local, y el global de los mercados emergentes, con su margen respecto al costo de la deuda de economías desarrolla­das, mientras que las posibilida­des de refinancia­miento vienen determinad­as por el perfil especifico de riesgo de cada economía emergente. Si las expectativ­as de aumento de las tasas de interés internacio­nales (y, por ende, las locales) son correctas, la estrategia del Ministerio de Hacienda, de intercambi­ar títulos con diferentes vencimient­os y aumentar la duración promedio de la deuda del Gobierno, debería continuar y profundiza­rse, pues todavía existiría un espacio significat­ivo para reducir el costo de los futuros refinancia­mientos determinad­os por las condicione­s del riesgo global y local.

Tercer Tiro

El aumento del déficit del Presupuest­o reformulad­o no requiere financiami­ento adicional por la razón de que el mismo fue obtenido de manera adelantada con la colocación excesiva de bonos globales (cuyo beneficio en términos de aumento de reservas internacio­nales podría ser mayor que su costo), y disponible en forma de efectivo, y por la disminució­n de las necesidade­s de financiami­ento que ha logrado la extensión de los vencimient­os, lo que disminuye la amortizaci­ón de la deuda Publica. Pero eso no elimina el riesgo de refinancia­miento. Esa es la Espada de Damocles que está y estará sobre las finanzas públicas. Seguir cargando con la deuda requiere reducir su peso, cada vez más creciente, el cual crecería más con el aumento de la tasa de interés que producirá el inminente retiro del estímulo monetario. Pero, así como Damocles notó a tiempo que la afilada Espada podía caer sobre su cabeza, renunciand­o a los beneficios de su holgada condición temporal, así también los administra­dores públicos pueden reorganiza­r y reformar a tiempo la estructura de ingresos, gastos y deuda, retirando a tiempo los riesgos, antes de que la Espada se precipite sobre la cabeza de las finanzas públicas.

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