Valerio sugiere desmitificar figura del abogado litigante
Miguel Valerio Jiminián es un jurista que ha estado presente, de un lado o del otro en los estrados, en los casos más relevantes que han llegado a la justicia en las últimas décadas.
Valerio Jiminián es un nombre que sobresale entre los principales abogados del país en materia penal y muchos podrán recordarlo por su participación en los casos de la crisis bancaria del 2003, como Baninter, Bancrédito y Mercantil.
Igualmente, en los casos de Blas Peralta, Francina Hungría y la familia Moncada, el caso de Odebrecht (en la defensa Víctor Díaz Rúa), y actuando como defensa del ex presidente Leonel Fernández (por el caso Funglode), en el actual caso del Aeropuerto Bávaro, y abogado del Estado en el caso de las EDES.
Sin embargo, para este jurisconsulto asumir un caso donde se esté juzgando un proceso por corrupción es un reto, por lo que entiende que hay que desmitificar la figura del litigante.
“La Ley no tiene preferencia y el ejercicio de la misma debe ser siempre imparcial. Hoy yo puedo estar de un lado defendiendo los derechos de un procesado y mañana puedo estar del otro lado, en la barra acusadora.” A su juicio el abogado es un instrumento de la ley y no debe verse con los mismos ojos que al imputado, que al defendido, al querellante o al Estado.
Puso como ejemplo que en el caso de Francina Hungría
o en el caso de la familia Moncada, la sociedad ‘hizo causa común’.
“El abogado es un auxiliar, primero de la justicia, así se define en el código de ética del abogado y luego, es un auxiliar de su cliente al representarlo. Siempre he dicho, que la ética de un abogado es representar bien a su cliente”, dijo.
Argumenta que mucha gente no entiende que él como abogado penalista trabaje en el caso Odebrecht, y al mismo tiempo represente a las EDES.
Destacó que representó a Orlando Jorge Mera como secretario general del Partido Revolucionario Dominicano, y a Leonel Fernández, siendo presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).