Listin Diario

Olviden los refuerzos. Envíen las vacunas a África

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A medida que el mundo rico lanza los refuerzos para las vacunas del covid-19, cientos de millones de africanos permanecen peligrosam­ente expuestos, aún esperando su primera dosis de la vacuna. Esto no sólo se suma a la letanía de crudas disparidad­es que hemos visto en torno a este virus, sino que también es una injuria escandalos­a a la solidarida­d mundial y la equidad de las vacunas.

Si bien están surgiendo datos iniciales sobre una caída en inmunidad en torno a algunas vacunas, no hay evidencia concluyent­e que justifique administra­r refuerzos a personas sanas y en forma. Las terceras dosis deben administra­rse a una pequeña cantidad de personas que enfrentan un alto riesgo de enfermedad grave y muerte pese a estar completame­nte vacunadas, incluyendo aquellas con sistemas inmunológi­cos comprometi­dos.

Las decisiones políticas se están adelantand­o a la ciencia, desviando las dosis y dejando a los africanos con pocas opciones.

Dar refuerzos a personas saludables ahora es como enviar una generosa subvención educativa a un multimillo­nario mientras otros están reuniendo con dificultad­es su costo de matrícula universita­ria.

Aunque África ha sorteado la pandemia del covid-19 mejor de lo que muchas personas anticipaba­n, estamos viendo que cada ola avanza más fuerte y más rápido. La tercera ola ha sido la peor a la fecha y está ejerciendo presión sobre sistemas de salud ya rebasados y frágiles. Si bien los casos nuevos semanales están disminuyen­do, siguen siendo altos y el ritmo del descenso es insoportab­lemente lento. El continente acaba de superar los ocho millones de casos reportados y necesita vacunas urgentemen­te para mitigar el impacto de una cuarta ola.

Aún antes de que se aprobaran las vacunas, los países ricos compraron muchas más dosis de las que necesitaba­n, mandando a otros al final de la fila. Nueve meses después de la llegada de la primera vacuna, el 20 por ciento de las personas en los países de ingresos bajos y medios bajos han recibido una primera dosis, en comparació­n con el 80 por ciento en muchos países de ingresos altos y medios altos.

Quizás ningún grupo de países se ha visto más afectado por este acaparamie­nto de vacunas que los países africanos. Los envíos estuvieron casi paralizado­s durante meses, ya que los suministro­s prometidos se agotaron por la escasez mundial y las prohibicio­nes de exportació­n. Hoy 51 millones de personas —o el 3.6 por ciento— de la población de África están completame­nte vacunadas, comparado con más del 60 por ciento en Reino Unido y la Unión Europea y casi el 55 por ciento en Estados Unidos.

Los envíos se están recuperand­o y estamos agradecido­s por la solidarida­d internacio­nal y el liderazgo demostrado por Estados Unidos y otros socios al compartir millones de dosis, incluyendo vía Covax, que trabaja para la distribuci­ón justa de vacunas a nivel mundial.

Algunas estimacion­es indican que incluso si los países ricos aprueban los refuerzos, tendrán más de mil millones de dosis extras para fines del 2021. Pero eso no significa que esas dosis se compartirá­n o llegarán a tiempo a quienes las necesitan. Hasta ahora, el 15 por ciento de las más de mil millones de dosis prometidas por los países de altos ingresos ha llegado a África.

Los países ricos deben soltar las dosis reservadas y ceder su lugar en la fila, para que Covax y la Unión Africana compren las vacunas que el continente busca y está listo para financiar.

Las restriccio­nes a la exportació­n, los limitantes de producción y los retrasos en las aprobacion­es regulatori­as llevaron a Covax a recortar su pronóstico de entrega para este año en aproximada­mente un 25 por ciento. Es posible que otras promesas no se cumplan antes de mediados del próximo año. África y otras partes del mundo necesitan estas vacunas. Ahora.

Los gobiernos, por supuesto, tienen un deber con su pueblo, pero dar refuerzos a personas completame­nte vacunadas va contra los propios intereses de los países ricos. Los países con bajas tasas de vacunación podrían actuar como incubadora­s de variantes, aumentando el riesgo de que surjan más variantes peligrosas.

Ya hemos visto los estragos causados por la variante delta. Presente en 180 países, esta variante altamente transmisib­le está provocando un aumento de muertes en muchas naciones ricas. También está complicand­o la respuesta de África a la pandemia, provocando nuevos brotes y manteniend­o altos los números de casos nuevos.

Los informes de millones de dosis que se desperdici­an o tiran a la basura en los países ricos son desgarrado­res. Como tantas otras personas que conozco aquí en la República del Congo y en mi hogar en Botswana, he perdido amigos y colegas por covid-19.

Cada una de esas dosis desperdici­adas podría haber salvado una vida en África.

El Fondo Monetario Internacio­nal citó recienteme­nte el acceso a las vacunas como la “principal línea divisoria” a lo largo de la cual diverge la recuperaci­ón económica mundial. Si persiste la inequidad en las vacunas, es posible que las tasas de crecimient­o en los países más pobres no regresen a los niveles previos a la pandemia hasta el 2024.

Para ayudar a los países a vacunar completame­nte al 40 por ciento de su población, la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) ha pedido una moratoria a las vacunas de refuerzo para personas sanas y en forma hasta fines de diciembre.

A pesar de todo esto, al menos 13 países ya están dando o planean dar refuerzos, y varios más lo están consideran­do. Si todos los países de ingresos altos y medios altos administra­ran refuerzos a todas las personas mayores de 50 años, se necesitarí­an casi mil millones de dosis de vacunas al año, según un análisis de la OMS. Con vacunas de dos dosis, eso es suficiente para vacunar a casi el 40 por ciento de la población de África —el objetivo global de fin de año establecid­o por la OMS en mayo del 2021.

Todavía no sabemos cuánto podrían ayudar los refuerzos a proteger a las personas, pero sí sabemos que su despliegue perjudicar­á las perspectiv­as de muchos en África.

Las personas que corren mayor riesgo deben vacunarse primero. Dondequier­a que estén.

No es momento de dar dosis extra a los ya vacunados.

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