Listin Diario

“Me dolía no poder abrazar a mi madre enferma”

Testimonio. Más que el ‘bullying’ del que fue víctima debido a que su mamá se contagió de VIH por una transfusió­n, a Frank Escobar le partía el corazón poner distancia entre él y ella. Era un niño y necesitaba de sus mimos. Sin embargo, le agradece a ella

- MARTA QUÉLIZ

Desde que mi mamá supo lo que tenía, sabía lo que venía para nosotros. Una, el rechazo de la gente, y otra, el quedarnos sin ella. Era una mujer muy inteligent­e y de una vez buscó la forma de ponerme en manos de psicólogos para que esas cosas no me afectaran tanto, porque sí afectan”. Con esta cita Frank Escobar deja claro que la imagen que proyecta de una persona feliz, se la agradece a su fenecida madre.

No excluye a su hermana Claudia, quien siendo también menor de edad, supo llevarlo por el buen camino. “Es tanto así que, al mi mamá fallecer, mi papá se va a vivir con nosotros, a nuestra casa que era lo único que teníamos, entonces mi hermana ya tenía dos ‘muchachos’ para cuidar”. Este comentario revela que, por el alcoholism­o, su padre también necesitaba cuidados.

Eran tiempos difíciles. Frank no entendía por qué había que “contar la comida”. Dividir bien el pollo para poder comer los tres. Tampoco comprendía la escasez en la que vivían. “Cuando iba creciendo, me preguntaba que por qué me llevaban a los cumpleaños con los pantalones del colegio”. Se le enrojecen sus ojos, pero da la respuesta: “No había dinero para comprarme ropa y la que tenía ya no me servía”.

Ya a los 13 años, con la misma realidad, aunque con más edad, entiende que debe ayudar a su hermana a mantener la casa. Ella comenzó a trabajar a los 18 años para sacar adelante a su hermano y a su papá. Recibían la ayuda de un tío.

Joven emprendimi­ento

Frank dice que heredó de su madre el querer andar siempre bien puesto, y por eso es que a los 13 años decide ponerse a vender ropa para comprarse la suya a su gusto. “Me iba a una tienda que había en la Independen­cia y compraba pantalones y los vendía a los vecinos diciéndole­s que yo los traía de Estados Unidos. Me ganaba un buen dinerito”. El comentario es gracioso, pero no deja de conmover porque se supone que a esa edad, un niño solo debe concentrar­se en estudiar. Él lo hacía, pero a la par con su “negocio”.

A los 18 entra a trabajar a Benetton. Ya ahí las cosas van cambiando. A la vez seguía sus estudios y entró a la universida­d a estudiar Ingeniería Industrial. No terminó la carrera, pero igual, la puso en práctica como ejecutivo de una empresa de zona franca. Se graduó de Mercadeo, y es en este momento cuando comienza a darle forma a otros proyectos de vida.

La vida le iba jugando otras cartas, pero no se dejaba vencer. Al poco tiempo de su hermana casarse, pero viviendo todos juntos, murió su cuñado. “Fue algo muy duro, falleció viendo televisión con nosotros, fue algo muy fuerte, sobre todo para mi hermana que venía de pasar tanto trabajo”. Esta parte lo entristece y no

pierde la oportunida­d de resaltar la fortaleza de ella y el gran ser humano que es. Es notoria la admiración que él siente por ella. “Claudia es esa persona que me hace llorar de felicidad cada vez que me dice algo bonito”. Esto respondió cuando se le preguntó que si hay días en que llora.

‘Lo Conocí Viajando’

Para Frank Escobar los viajes se convirtier­on en una pasión y un modo de vida. Por su trabajo, debía trasladars­e a distintos destinos fuera del país. Experienci­as bonitas, otras no tanto, lo han conducido por el camino que hoy transita.

“He ido a diversos países donde he disfrutado hasta más no poder, pero hay otros, como Hong Kong donde viví una experienci­a de terror. Se me perdieron mis papeles. No tenía un solo documento encima, y no podía quedarme en ningún hotel sin ellos”. Al contar esta parte, sonríe porque de ahí salió asustado, pero fortalecid­o.

¿Por qué el susto? Sencillo: “Dormía en estaciones de tren, donde me cogiera la noche, pasé de todo, hasta que un día conseguí quedarme en un hotel, algo cómodo, con lo que no contaba era con que había unas personas embriagada­s, no sé si drogadas, que creían que yo era policía y me atraparon ahí. Ya te puedes imaginar. Gracias a Dios, estaban ya en muy mal estado y me pude escapar. Luego resolví y pude regresar al país”. Frank resume esta parte porque de que pasó trabajo, pasó.

El caso es que, todas sus experienci­as lo llevaron a tener su propio proyecto de viaje, el cual lo convirtió en un ‘influecer’ alegre, que no hay quien diga que tiene detrás una historia triste y de superación. Y en efecto, le va tan bien que hasta quien escribe puede decir: ‘Lo Conocí Viajando’.

 ?? ??
 ?? ?? Aunque a Frank Escobar le gusta andar de ‘punta en blanco’, admite que es solo de apariencia. Como lo hacía su madre, él no deja de conmoverse con el dolor ajeno, y darle una mano amiga a quienes lo necesiten.
Aunque a Frank Escobar le gusta andar de ‘punta en blanco’, admite que es solo de apariencia. Como lo hacía su madre, él no deja de conmoverse con el dolor ajeno, y darle una mano amiga a quienes lo necesiten.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic