La familia tiene un rol vital en la rehabilitación, pero no como simple apoyo. Su participación en terapia, en combinación con otras estrategias, aumenta la efectividad del tratamiento.
l rol de la familia en el tratamiento de las adicciones ha sido entendido, tradicionalEmente,
como un rol de apoyo. Por un lado, los parientes del usuario de drogas brindan información sobre aspectos que el equipo terapéutico necesita para atenderlo y, por otro, reciben un reporte de su evolución.
Ahora, los especialistas en el manejo de adicciones adoptan un nuevo enfoque, en el que la familia y sus dinámicas cobran mayor relevancia tanto al momento de determinar el origen del trastorno como al momento de tratarlo.
La familia es un ente “totalmente importante” en la recuperación de una persona con un trastorno por uso de sustancias, afirma la psicóloga Dianne Bisonó, quien considera que “muchas veces el adicto es el síntoma de la familia”.
La presidente de Fundación Fénix, que trabaja en la prevención y tratamiento de esta problemática, dice que muchas personas desarrollan dependencia a sustancias o conductas debido a su incapacidad para manejar de forma asertiva emociones y sentimientos.
Cuando en la familia hay una persona con una adicción todo el sistema entra en un círculo vicioso y por eso, explica Bisonó, las pro
SEMINARIO
La importancia de la familia en el tratamiento de las adicciones fue uno de los temas abordados en el seminario virtual “Nuevos desafíos en el mundo digital y la postpandemia”, organizado por Fundación Fénix, institución sin fines de lucro con más de 26 años de trabajo contra esta enfermedad.
Un equipo de expertos de Argentina y México impartió las clases los miércoles 1, 8, 15 y 22 de junio. La capacitación contó con el aval del Centro de Desarrollo Humano Tonalli. babilidades de éxito del tratamiento se elevan cuando la familia decide hacer “un cambio significativo en su vida”.
La mexicana Xochitl Mejía, psicóloga especialista en el manejo de adicciones y directora del Centro Tonalli, opina que los terapeutas y trabajadores sociales deben evitar dedicar las primeras entrevistas con la familia a hablar solo del paciente, y deben tomar en cuenta cómo la enfermedad impacta a cada miembro del sistema.
Dentro de cada hogar se identifican los factores de riesgo y los factores de protección frente a las adicciones, y durante la terapia conductual a la familia se la aborda igual que al paciente, con un plan de trabajo y unos objetivos terapéuticos específicos.
Factores de protección
En la terapia debe evitarse otro error común: el de identificar únicamente los factores de riesgo. En las primeras entrevistas de valoración los terapeutas y trabajadores sociales suelen centrarse en aquello que no funciona, pero se hace igualmente necesario indagar qué funciona o ha funcionado en el pasado.
“No es posible que todo, absolutamente todo, en la familia esté mal”, juzga Mejía.
En ocasiones, mientras se corrige lo que no funciona, la estrategia de tratamiento debe empezar por “tirar” de lo que sí anda bien.
“La fórmula, por así decirlo, es incrementar estos factores que sí funcionan en la familia y disminuir lo que no funciona”, explica Mejía.
Para la mexicana resulta “importantísimo” trabajar la “enfermedad emocional” que se va generando cuando se tiene un ser querido con un trastorno por uso de sustancias o una adicción conductual.