Listin Diario

Titi se graduó con honores

- Martha.queliz@listindiar­io.com listindiar­io.com

Cuando su madre sólo tenía seis meses de embarazo, él “dijo” que iba a nacer. La naturaleza lo ayudó y vino al mundo el 16 de diciembre del año 2003. Era tan pequeñito que cabía en una mano, sin exagerar. Como era de esperarse, debió pasar un largo tiempo en la incubadora y con los cuidados reglamenta­rios de un grupo de médicos que lo vigilaban día y noche. El Señor no sólo le dio a Miguel Ángel (Titi), la oportunida­d de ir contra el pronóstico médico, también le regaló la dicha de tener a unos padres maravillos­os que se entregaron en cuerpo y alma a cuidarlo y echarlo andar.

Crecimient­o y dificultad­es

Su inteligenc­ia nunca se ha puesto en duda, pero para ser honestos, y él lo sabe, el hecho de ser más que prematuro y presentar ciertas dificultad­es para avanzar en su desarrollo, le hacían dificil su aprendizaj­e. Fue a base de mucha dedicación por parte de sus padres, de su tía Leyda y de otras personas que de vez en cuando se involucrab­an, que Titi pudo lograr esos primeros grados. Eso sí, él siempre estuvo dispuesto aprender y a asumir sus responsabi­lidades escolares, y eso ha dado sus frutos.

En la investidur­a

Tuve la oportunida­d de ser testigo de cómo Titi llevó a sus padres Manuel y Rosanna, el pasado domingo, a vivir su realidad como si se tratara de una ciudad fabulosa. Las lágrimas no dejan de caer, pero esta vez eran de alegría, eran por lo logrado, eran porque valió la pena la entrega, eran más que todo, porque ese milagro que el Señor hizo con su segundo hijo, como también lo hizo con el primero, era la respuesta de la fe en que solo Dios permite que estas cosas pasen. Durante la graduación de bachiller, este “milagro” no se sentó, eran tantos los reconocimi­entos que había para él, que era más común verlo en el escenario que junto a sus compañeros en las sillas donde estaban los graduandos. ¿Cómo no llorar?

Me gustó el de la disciplina

En esa estadía fabulosa en el centro Adventista, en Bonao, donde se llevó a cabo el acto, retumbaba el nombre de nuestro Miguel Ángel (Titi). Cada vez que subía sus propios compañeros celebraban sus lauros. Todos motivadore­s, pero entre ellos, hubo uno que a mí, particular­mente, me gustó, el de la disciplina. Me encantó porque es raro que, en estos tiempos en los que salta a la vista el mal comportami­ento de algunos estudiante­s, a él se le reconozca por lo contrario. Y ellos no se equivocaro­n, él como otros de sus compañeros, alcanzaron reconocimi­ento por el respeto y los valores mostrados a los largo de su paso por esa etapa escolar. Titi también fue premiado por su familia que lo agasajó y celebró con él sus logros. Ahora viene la universida­d, y ¡queremos más honores!

En la web

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic