La ética como herramienta para lograr la sostenibilidad ambiental
Encuentro Verde. “Las implicaciones sociales y económicas asociadas a la degradación ambiental son enormes y lamentablemente no las estamos tomando en cuenta”, dice Michela Izzo.
La defensa y cuidado del medio ambiente trasciende el interés científico. Es también un tema relacionado con la ética y la moral del ser humano.
El análisis salió a relucir en el último Encuentro Verde de Listín Diario, cuando ambientalistas y representantes de los sectores social, religioso y empresarial discutían sobre la importancia de dar continuidad a los logros alcanzados con el Pacto Verde por el Desarrollo Sostenible, tras la muerte el pasado 6 de junio del ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera.
Jovanny Kranwinkel, secretario ejecutivo de la Pastoral Ecológica del Episcopado Dominicano, explicaba que el cuidado del medio ambiente forma parte de la doctrina social de la Iglesia católica y que en ese aspecto se hace cada vez más fuerte.
De acuerdo con Michela Izzo, directora de la fundación Guakía Ambiente, ese diálogo o movimiento que ha venido armándose dentro de la Iglesia habría que llevarlo a un debate más amplio de tipo ético a nivel social.
“Hay que reintroducir el debate ético en la sociedad más allá de los grupo religiosos (que tienen su fe y de alguna manera una moral estructural dentro de sus respectivas iglesias). Hay que promover el diálogo sobre lo que es justo para el contexto social en el cual vivimos, porque no se está haciendo”, considera Izzo.
La experta en medio ambiente señala que hace falta ponernos de acuerdo sobre cuáles son los principios que rigen nuestras sociedades, el conocimiento técnico y el conocimiento científico.
“Tenemos que ponernos de acuerdo sobre cuáles son las reglas en el uso de ese conocimiento, el para qué. Porque el ser humano de por sí lo que quiere es trascender el conocimiento y crecer, y está bien que así sea. Pero hay un tema que como sociedad humana tenemos que aclarar: cómo es justo utilizar ese conocimiento, y lo que es justo políticamente apoyar”.
Y aclara: “No me refiero solo a una política gubernamental sino, como sociedad humana, en qué queremos orientar nuestro accionar social y ambiental. Pero eso no se está debatiendo. Se ha dejado que el sistema evolucione solo, pero sabemos que a lo que esto conduce es al caos”.
Nelson Bautista, director de Acción Verde, coincide con Michela y agrega que, en esa revisión ética, el punto madre es la cosa más simple del mundo: “el cumplimiento de la palabra empeñada, lo que firmaste”.
“Por eso en este país se firman pactos y nadie los cumple y, peor aún, no hay una consecuencia ni política, ni judicial, ni social. Es un tema ético totalmente”, afirma el ambientalista.
Reuniones, ¿para qué?
“No sirve de nada que nos reunamos sencillamente para cumplir un protocolo o porque tenemos que demostrar que estamos cumpliendo con requisitos que a veces nos impone la cooperación internacional por haber suscrito ciertos acuerdos”, apunta Izzo.
Asegura que en términos reales se sabe exactamente lo que ocurre en el territorio dominicano a diferentes escalas.
“En los últimos tiempos, cada uno de nosotros ha seguido trabajando en temas ambientales porque tenemos la esperanza de que algo se pueda hacer; pero, en términos reales, los elementos e indicadores que recogemos en todos lados y a toda escala van en otra dirección”.
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