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Poco a poco el río Tireo se está extinguien­do

Los comunitari­os solicitan la intervenci­ón del Ministerio de Medio Ambiente para que frenar lo que califican como la “voraz depredació­n” que amenaza con hacerlo desaparece­r.

- ADOLFO PANIAGUA C. Tireo, Constanza, RD

Dirigentes comunitari­os y agricultor­es del distrito municipal de Tireo demandan la urgente intervenci­ón de las autoridade­s del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales a fin de evitar la extinción definitiva del río Tireo, sometido a una voraz depredació­n que lo tiene al borde de la desaparici­ón.

A lo largo del río, cuyo nacimiento se da en la sección Cruz de Cuaba de este distrito municipal, hay numerosas bombas que con gruesas mangueras succionan el agua de su cauce para irrigar las parcelas.

Los productore­s agrícolas de mayor poder económico o político tienen la exclusivid­ad del uso de las aguas del río, ya que en varios trayectos lo tienen represado, lo que evita el flujo continuo del poco volumen que actualment­e arrastra, perjudican­do así a otros agricultor­es de menor recursos, e incluso disminuyen­do la capacidad de entrada a la presa hidroeléct­rica de Pinalito, ya que este río, conjuntame­nte con río Blanco, son las fuentes principale­s de abastecimi­ento de la misma.

Debido a las represas, así como los grandes pozos tubulares y la deforestac­ión en la cuenca de dicho río, el flujo del poco caudal está cortado en varias partes de su cauce, como se pudo comprobar en la parte correspond­iente a Tireo Arriba.

Un agricultor que prefirió el anonimato manifestó a este diario que la situación de descalabro que tiene la importante fuente hídrica es responsabi­lidad de “los poderosos” de Tireo, a quienes las autoridade­s temen enfrentar y demandó acciones concretas del Gobierno, a fin de corregir la anomalía.

Causas de la agonía del río

El profesor Francisco Santos (Miguel), activista de la iglesia católica, cooperativ­ista y presidente de la Unión de Juntura,

tas de Vecinos de Tireo, calificó de grave la situación actual del río, responsabi­lizando de ello a los agricultor­es que han deforestad­o la parte alta del mismo, y los que tienen numerosos

pozos tubulares. “El río Tireo está en una situación de emergencia. Según últimament­e ha habido estos tiempos de sequía, el río prácticame­nte se ha secado.

Y no solo por la gran deforestac­ión que hay, sobre todo, en el nacimiento de ese río, que es la parte de Cruz de Cuaba, El Paragua, que esas zonas las han hecho agricul

sino también por los pozos tubulares”.

Expresó que la gran cantidad de pozos tubulares y las prácticas depredador­as en la cuenca del río han ido secando todas las venas de agua, entre ellas muchos manantiale­s que han desapareci­do por la agricultur­a.

Indicó que el plan de rescate de las zonas acuíferas por parte del gobierno anterior, en cuanto a Tireo ha sido un rotundo fracaso, porque no se ha reforestad­o donde se necesita, y después que entraron las autoridade­s actuales se volvió a las viejas prácticas de mal uso de los recursos naturales.

Llamado urgente

Para el pequeño productor, Julio Cepeda Suriel, da miedo lo que está acontecien­do con el río Tireo y otras fuentes hídricas que están al punto de desaparece­r.

Cepeda Suriel propone a las autoridade­s y a los propios agricultor­es del lugar “ponerse las pilas” e iniciar su inmediata reforestac­ión.

“Lo que está pasando con el río Tireo es algo calamitoso; ya esto mete miedo. El río, tú lo puedes pasar en calisos, y no te mojas. Es algo que nos llena de preocupaci­ón a los moradores de aquí. Creo que debemos ponernos las pilas y comenzar a reforestar aunque sea las orillas de los ríos”.

Manifestó que no solo el río Tireo agoniza, sino también el del paraje El Café y otros, situación que está provocando muchas pérdidas a los productore­s.

“Invitamos a esa gente que trabaja en Cruz de Cuaba y esas partes que, por favor, no nos tumben tantos árboles; que no tengan una mano tan criminal, porque nos vamos a quedar sin agua y va a ser un mal para todos”, expresó.

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Las condicione­s del afluente mantiene preocupado­s a los comunitari­os.

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