Al Este del Eden
Clásico. Este filme de Elías Kazan, cuyo estreno sucedió en 1955 cuenta con un trabajo impecable del protagonista, el actor James Dean, quien poco después, fallecería.
Las relaciones entre hermanos pueden ser traumáticas, siempre y cuando, el progenitor pueda tener una inclinación especial hacia uno de ellos. El celo caerá por sí solo, y esta relación de amor-odio conllevará a un conflicto que muchas veces el hijo afectado, tratará de buscar la forma de ser querido por el desprecio que siente.
Parte de todo este proceso, se destaca en la película estrenada en 1955 titulada “Al Este del Edén” con un trabajo impecable de James Dean, dirigido por el cineasta Elia Kazan sobre la adaptación de la novela de John Steinbeck.
El filme está ambientada en la primera década del siglo XX. En California vive una familia compuesta por el padre y sus dos hijos. El progenitor se dedica al cultivo de hortalizas, y uno de sus hijos Cal (James Dean), es un joven inquieto y muy rebelde en busca de respuestas; ya que por causa fortuita, descubre que su madre no estaba muerta como realmente creía, sino que es la administradora de un burdel.
Existe una especie de repulsa emocional generando un conflicto entre padre e hijo. Cal será rebelde, libre pensador; pero eso no implica que no quiera a su padre. Entonces el padre prefiere al hijo “bueno” que representa Aron (Richard Dávalos) marcando definitivamente la relación de hermanos como si fueran Caín y Abel. Todos podemos tener grados de maldad y de bondad. El hecho de que un hijo no piense igual que el padre no debería de implicar rechazo.
Sin embargo, cuando la cosecha del padre resulta fallida, Cal decide emprender un negocio de frijoles aprovechando el desabastecimiento de productos por culpa de la Primera Guerra Mundial por lo que obtiene grandes beneficios, y ofrece darle a su padre la ganancia de su trabajo, lo cual este rechaza porque considera que ha sido producto de la guerra.
“Al Este del Edén” es un intenso drama con profundidades para tratar de comprender las complejidades del alma humana en las relaciones filiales, esta vez, de familia con la crudeza que muchas veces sucede.
El guion adaptado es excelente por parte de
Paul Osborn, quien fue nominado a Mejor Guion Adaptado por la Academia de Ciencias y Artes de Hollywood por sus matices distintos a la novela para adecuarlo al cine.
Los actores aportaron a la historia pero en especial James Dean quien sirve de preámbulo humano para manifestar esa rebeldía que lo llevó a representar a una generación que buscaba su espacio, rompiendo un verdadero paradigma del famoso status quo sobre el comportamiento juvenil en la gran pantalla.
La impotencia y la rabia que manifiesta James Dean, es como si viviera en carne viva su atormentada vida. La cámara se mueve libremente para brindarnos unos planos exquisitos, donde se refleja esa carencia de sentimientos y la búsqueda perenne del ser querido. En lo que respecta al director Elia Kazan, podría buscar en el personaje la redención final de sus sentimientos no satisfechos.
Excelente película que marca de manera indeleble, esa combinación de la literatura y el cine, para mostrar que el séptimo arte, es más que un mero entretenimiento, sino cultura en sentido general.