Ánimo en dos minutos Ceguera
Vivimos en un mundo de ciegos manipulados por la publicidad, deslumbrados y abobados por lo externo.
Me estoy quedando ciego. El especialista me dijo que para la degeneración de la mácula no se ha inventado aún nada para curarla.
El evangelio de este domingo, sin embargo, me ha puesto a pensar que hay otras cegueras de las cuales no desearía sufrir.
Está la ceguera producida por la mirada superficial de la realidad. Es como al bañarse en el mar, dedicarse solo a flotar en el agua, con tantas bellezas que se descubren al profundizar y ahondar en la esencia de las aguas y de las personas, incluido su propio interior. Personas que llegan a ver lo interior, como le pasó a Samuel cuando fue a ungir a uno de los ocho hijos de Jesé: David, el hijo más pequeño, Dios le ordenó: “unge a ése, ése es mi elegido”. porque
“Dios no ve las apariencias. Sino el interior de cada persona”.
Y David fue el gran rey de su pueblo, porque era el ungido de Dios, no por su apariencia externa, sino por su vida interior, a la cual Samuel era ciego, sin la ayuda de Dios.
Está también la ceguera de los que no quieren ver, porque creen equivocadamente que no les conviene conocer a ese tierno amigo que llamamos Dios. ¡Le tienen miedo a un Papá amoroso de quien solo recibirían amor…!
Hay otros ciegos que, al ver solo las apariencias, caen en el fanatismo. No aceptan más que su verdad, sin darse cuenta de que lo que creen es solo lo que creen que le conviene…
Sí, vivimos en un mundo de ciegos manipulados por la publicidad, deslumbrados y abobados por lo externo, lo cual no es digno de su propio valor como seres humanos.
Con razón dijo Pascal en El Principito: “Lo esencial solo se ve con el corazón”.
E igualmente se lamentaba Nikos Kazantatis: “Lástima del hombre de ojos de barro, que solo ve lo visible” (Tomado del libro A las Puertas del Evangelio. del P. Miguel Marte, Eudista).
La pregunta de hoy
¿Qué hará el Señor con todos nosotros, los ciegos?
“Mi amor paciente y abundante brilla a través de ellos, a causa de mi misericordia… les doy tiempo a que lleguen a conocerme… Es más, los espero con los brazos abiertos y bendigo sus días igual que bendigo a toda la creación”.
“A veces parece que soy más generoso con los que viven haciendo un ‘show’, pues privo a las personas buenas de las cosas de este mundo, para que puedan gozar de las cosas del cielo” (Catalina de Siena, doctora de la iglesia).
Usted, no se conforme con las conchas, ¡busque las perlas! (Creo que solo los humildes las encuentran).
Acerca del evangelio de San Juan 9. 1-41
Luis García Dubus (19302019)