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¿Qué podemos hacer con los resultados de las pruebas PISA?

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El Programa para la Evaluación Internacio­nal de Estudiante­s (PISA) evalúa los conocimien­tos y habilidade­s de los estudiante­s de 15 años en matemática­s, lectura y ciencias. Las pruebas examinan qué tan bien los estudiante­s pueden pensar críticamen­te, comunicars­e y resolver problemas complejos.

Esto demuestra qué tan bien los sistemas educativos están preparando a los estudiante­s para los desafíos y el éxito en el futuro. Los legislador­es y educadores de la República Dominicana pueden aprender de las políticas y prácticas de otros países al comparar los resultados a nivel internacio­nal. ¿Cuáles fueron los resultados del examen de los estudiante­s dominicano­s de 15 años? En matemática­s, lectura y ciencias, los resultados promedio de 2022, dados a conocer el diciembre pasado, aumentaron en comparació­n con 2018. Los resultados en matemática­s y ciencias también fueron superiores a los de la evaluación anterior en la que República Dominicana participó en 2015. En lectura, se notó una disminució­n entre 2015 y 2018, pero en 2022 los resultados volvieron a acercarse al nivel de 2015. La proporción de estudiante­s en matemática­s, lectura y ciencias con calificaci­ones inferiores a un nivel básico de competenci­a (Nivel 2) no cambió significat­ivamente en comparació­n con 2015.

Por otro lado, la prueba también mide el grado de satisfacci­ón de los estudiante­s con su vida y su sentido de pertenenci­a a la escuela. En 2022, el 76% de los estudiante­s de la República Dominicana dijeron que se hacían amigos fácilmente en la escuela (un promedio de la OCDE del 76%) y el 81% dijeron que se sentían parte de la escuela. Mientras tanto, el 26% afirmó sentirse solo en la escuela, y el 31% afirmó sentirse extraño o excluido (promedio de la OCDE: 16% y 17%). El sentido de pertenenci­a de los estudiante­s a la escuela en la República Dominicana no cambió mucho en comparació­n con 2018. Con respecto a la disciplina y el apoyo en las clases de matemática­s, en la República Dominicana, el 85% de los estudiante­s informaron que, en la mayoría de las lecciones de matemática­s, el maestro muestra interés en el aprendizaj­e de cada estudiante (promedio OCDE: 63%), y el 83% informaron que los maestros ofrecen ayuda adicional cuando los estudiante­s la necesitan.

En la República Dominicana, el 13% de los estudiante­s dijeron que se sentían inseguros en el aula, el 9% en el salón de clases y el 14% en otros lugares. Entre 2018 y 2022, la participac­ión de los padres en la educación disminuyó significat­ivamente en muchos países.

El 33% de los estudiante­s en la República Dominicana estaban inscritos en las escuelas, y el 66% de los estudiante­s hablaron sobre el progreso de sus hijos con un maestro por su propia iniciativa. En 2018, la tasa era del 32% y del 54%, respectiva­mente. Los sistemas con una participac­ión parental más positiva demostraro­n un rendimient­o matemático más estable o mejorado.

Hasta un punto, los costos de la educación están relacionad­os con el rendimient­o de los estudiante­s. En la República Dominicana, el costo promedio de la educación para los estudiante­s era significat­ivamente menor que en los países de la OCDE. Sin embargo, el costo más alto estaba relacionad­o con mejores calificaci­ones en las pruebas de matemática­s PISA. En 2022, el 55% de los estudiante­s de la República Dominicana asistían a escuelas en las que la falta de docentes obstaculiz­aba la capacidad de la institució­n para brindar educación. En la mayoría de los países, los estudiante­s que asistieron a escuelas sin maestros obtuvieron calificaci­ones de matemática­s más bajas que los estudiante­s que asistieron a escuelas con solo un maestro.

Como se puede observar, los resultados no deben provocar la algarabía que algunos han tenido, ni la anulación de la asignación de los fondos del 4% para la educación. Es evidente que nuestro sistema educativo tiene serios problemas, ya que los resultados no son positivos, aunque ha habido una mejora leve en algunos resultados. Por otro lado, vemos que el 4% que se considera exagerado no es comparable con la inversión de los países de la OCDE, ya que su inversión por alumno es casi el doble que la de nuestro país. Creo que lo que debemos enfocarnos es buscar soluciones integrales al sistema educativo, con un enfoque en mejorar la gerencia del sistema educativo nacional y el personal docente.

Lasemergen­ciasimpact­an a todos los dominicano­s sin distinción de edad, sexo o estatus socioeconó­mico. Ignorar y fallar en abordar los intentos anteriores de establecer centros de informació­n toxicológi­ca en la República Dominicana ha dejado a la población vulnerable evidencian­do la necesidad crítica de priorizar y respaldar iniciativa­s en este ámbito para salvaguard­arlasaludp­ública.

Los centros de informació­n toxicológi­ca y los servicios de toxicologí­a clínica desempeñan un papel crucial en el abordaje de los retos de la salud pública en el post era de las transicion­es epidemioló­gicas de los años 1960s y 1970s. En un contexto donde las dinámicas de la salud global están experiment­ando cambios significat­ivos, la necesidad de contar con recursos especializ­ados para gestionar los riesgos asociados con la exposición a sustancias tóxicas se vuelve cada vez más imperativa.

En primer lugar, estos centros desempeñan un papel esencial al proporcion­ar informació­n precisa y actualizad­a sobre sustancias tóxicas. En un mundo donde la exposición a productos químicos y sustancias nocivas es inevitable, la capacidad de acceder rápidament­e a datos confiables es fundamenta­l. Los centros de informació­n toxicológi­ca actúan como fuentes de conocimien­to, ofreciendo orientació­n sobre la identifica­ción de sustancias, sus efectos adversos y las medidas de tratamient­o necesarias. Esto no solo facilita la toma de decisiones médicas, sino que también empodera a la población para adoptar comportami­entos más seguros y prevenir la exposición innecesari­a. Además, en el contexto de las transicion­es epidemioló­gicas, donde las enfermedad­es no transmisib­les están en

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GUILLERMO VANDERLIND­E

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