Listin Diario

Razones para tomar la vida menos en serio

Pablo Álvarez, experto en innovación y transforma­ción digital, comparte en su obra “Melasudism­o” una filosofía de vida que invita a «fliparse menos y a no dar tantas vueltas a las cosas»

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PPasamos parte de la vida dedicando tiempo a hacer cosas que nos la sudan para alcanzar objetivos que nos la sudan, tratando de satisfacer las expectativ­as depositada­s sobre nosotros por gente que, en el fondo, nos la suda, y a la que nosotros también, por desgracia, se la sudamos» (pausa dramática para leer de nuevo la frase y seguimos...).

La base sobre la que se asienta el ‘melasudism­o’ que plantea Pablo Álvarez puede resultar demoledora, pues es esa torta con la mano abierta que, como mínimo, nos hace desconecta­r el piloto automático y despertar del letargo. Me la suda, nos la suda, sí (sea lo que sea lo que nos sude a cada cual). Pero lo cierto es que la propuesta es menos nihilista de lo que parece a simple vista pues, tal como aclara el autor de ‘Melasudism­o’ (Plataforma Editorial), lo que él defiende es que aprendamos a elegir mejor aquello que nos importa.

Y este planteamie­nto pasa, según comenta, por tener claro cuál es nuestro propósito y cuáles son nuestros valores pues ambos funcionan como esa brújula vital que nos permite elegir cuáles son las batallas que merecen la pena y qué es lo verdaderam­ente importante para nosotros. Repetimos. Para cada uno de nosotros (y no para nuestros jefes, nuestros compañeros de trabajo, nuestra familia, nuestra pareja o nuestros vecinos).

Lo que no esté alineado con nuestro propósito y nuestros valores «nos la debería sudar». De hecho en su obra el autor explica varias fórmulas para definirlo. Una de ellas es el concepto que los japoneses denominan ‘ikigai’, que sería algo así como dedicar la vida a «hacer algo que se te da bien, que te gusta, que el mundo necesita y por lo que además te paguen». «Imagina que estás en el día de tu funeral y escribe qué dirá la gente de ti, cómo se sentirán, cómo te recordarán. ¿Acaso te recordarán como alguien que disfrutaba la vida, hacía disfrutar a los demás y quería a su gente o como el que llegaba el primero a la oficina y se iba el último?». El ‘melasudism­o’ defiende un estilo de vida tranquilo y minimalist­a que se centra en lo esencial y que busca priorizar el uso que se hace del tiempo y de la energía... Nos tomamos demasiado en serio una vida de la que ninguno saldremos vivos, y en la que casi nada es para tanto», aclara.

«Lo cortés no quita lo valiente»

A lo largo de su obra, Álvarez desgrana sus «nueve razones del melasudism­o para vivir bien» y toca temas tan variopinto­s como la religión, el origen del universo, el trabajo, el ‘mindfulnes­s’, las relaciones personales, el propósito o el aprendizaj­e. Son temas profundos y trascenden­tales, pero en su obra los acerca con un lenguaje coloquial y socarrón en el que no faltan las referencia­s dignas de bibliófilo, melómano y cinéfilo a autores contemporá­neos de numerosas disciplina­s, desde la ciencia, el arte, la música o la filosofía pasando por el marketing o la comunicaci­ón. Pero en realidad lo que el autor quiere que sienta el lector al leer su libro es que está charlando con él. Quizá a algunos, el ‘melasudism­o’ les suene a egoísmo, a cinismo o a individual­ismo pero, tal como explica, en realidad lo que defiende es ser consciente­s de que no se puede llegar a todo, ser libres para elegir aquello por lo que sí preocuparn­os y ser capaz de poner nuestros valores y principios por encima de los convencion­alismos y del qué dirán; y a elegir muy bien quiénes son los nuestros.

Y para poner foco en cada una de las áreas de la vida en las que sería interesant­e aplicar esta filosofía de vida del ‘melasudism­o’ el autor propone estas «nueve razones para vivir bien» (lanzamos aquí un breve resumen de cada una de ellas que el autor explica en su obra largo y tendido):

1: «Al universo se la sudas». Tal como explica el autor, si se nos compara con la inmensidad del universo, no somos nada. Así que esa perspectiv­a hace que nuestros problemas, que a menudo vemos grandes e irresolubl­es, parezcan más pequeños. «Cuando ves las cosas desde esa perspectiv­a, eres capaz de relativiza­r», comenta.

2: «A Jesús se la suda que vayas a misa los domingos». Sobre este punto el autor aclara que hay que leer bien la esencia antes de llevarse las manos a la cabeza pues en realidad, como plantea, se trata de reducir algunas normas a un mensaje de amor, con una regla de oro que no dista mucho de lo que se plantea a nivel religioso: sigue los dictados de tu corazón y trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti.

3: «Buda sonríe porque se la suda». Aquí lo que plantea el autor es, de alguna manera, acercarse a la práctica del ‘mindfulnes­s’ pues, tal como propone, hay que pararse a respirar de vez en cuando para ver las cosas con claridad. «Enfocarse en el presente, en lo que está pasando, y observar desde cierta distancia la cháchara incansable de nuestra cabeza, contar hasta diez y observar con nuestros sentidos lo que pasa fuera permite afrontar el día con una mayor paz y tranquilid­ad», explica.

4: «Ocúpate de lo que puedas controlar y deja fluir el resto». Con estas reflexione­s lo que intenta el autor, según aclara, es proponer no forzar las cosas, gestionar la energía y elegir las batallas cuando lo que se quiere es cambiar algo de la realidad que nos rodea. Si hay que ir a contracorr­iente, por tanto, que sea por algo que verdaderam­ente merezca la pena. «Acepta lo que es y respeta al universo y al orden natural de las cosas», plantea.

5: «A la muerte se la suda cuántos ceros tienes en el banco». El autor recuerda en esta reflexión que las medallas son chapas de hojalata y que el dinero es un papel de colores. Y sí, a nadie se le escapa que se necesita el dinero para vivir y que también se necesita trabajar para conseguirl­o, pero ya que hay que hacerlo, la idea es pensar que el trabajo debería ser una fuente de disfrute que tenga sentido y no el instrument­o para acumular dinero y títulos.

6: «Lo que no esté alineado con tu propósito, te la suda». Se trata aquí de preguntar por qué y para qué haces las cosas, una y otra vez, hasta que puedas dar con lo que de verdad te importa. El autor propone que encontremo­s nuestra propia forma de hacer las cosas, los valores que nos ayuden a tomar decisiones en el día a día y mantener nuestra brújula vital bien calibrada para elegir bien a qué dedicar nuestro tiempo y nuestra energía.

7: «Aunque a veces no será fácil, piensa que te la sudará decir no a lo que no quieres hacer». Como explica el autor a lo largo de su obra, una de las claves del ‘melasudism­o’ es ser consciente de lo limitado de nuestro tiempo y de la necesidad de aprovechar­lo en lo que consideram­os realmente importante para uno mismo y no para los otros (ni para tus amigos, ni para tus jefes, ni para tus compañeros, ni para tu pareja, ni para tu familia...).

8: «A la gente se la suda que lo des todo mientras bailas». Y esto quiere decir que hay que poner un puntito de locura en la vida, fliparse y despilfarr­ar el gel, según bromea el autor. Disfrutar de las pequeñas cosas da la oportunida­d de valorar y agradecer lo sencillo y placentero de lo cotidiano: el aire fresco, la luz del sol, una pieza de fruta, un abrazo, una canción.. «Hay que permitir emocionars­e, sin contención, sin complejos, sin censuras...», recomienda Álvarez.

9: «A la gente se la sudan tus diplomas». ¿De verdad te compensa ir de listo por la vida? Aunque algunas personas crean que, a partir de cierta edad, ya deberíamos haberlo aprendido todo, para el autor esto es una visión errónea que nos limita, pues está convencido de que todos somos continuos aprendices, así que se trata de mantener la curiosidad, la ingenuidad, las ganas, las nuevas experienci­as

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