Una visita exquisita
Los días 6 al 12 de febrero la Familia Salesiana y los jóvenes nos vestimos de fiesta con la distinguida visita del Rector Mayor de los salesianos, P. Ángel Fernández Artime, a República Dominicana. Salesiano de origen español nacido, el 21 de agosto de 1960, en Gozón-Luanco (Oviedo, España) en el seno de una familia trabajadora vinculada, por generaciones, a la labor pesquera. Desde muy niño entró en contacto con los salesianos y experimentó el llamado de Dios a seguirlo con el estilo de Don Bosco.
Su formación salesiana la efectuó en España; a los 18 años, el 3 de septiembre de 1978 emitió sus primeros votos religiosos en Mohernando (Guadalajara) y la profesión perpetua, el 17 de junio de 1984 en Santiago de Compostela
y ordenado sacerdote, el 4 de julio de 1987, en León. Se desempeñó como provincial de los salesianos en León, España y en Argentina Sur, con sede en Buenos Aires. Posteriormente, el 25 de marzo de 2014 lo eligieron Rector Mayor y el 11 de marzo de 2020 lo reeligieron en el cargo. Recientemente, el Papa Francisco lo designó cardenal, durante el Consistorio del 30 de septiembre de 2023.
El Rector Mayor es para los Salesianos “Don Bosco vivo” hoy. Él constituye el “centro de unidad” y “padre espiritual” de la Familia Salesiana; en la Sociedad Salesiana tiene la función de animar y gobernar, siendo padre y amigo, educador y confidente que teje la unidad y asegura, en la variedad de las vocaciones específicas, la fidelidad al carisma y a la misión. Es una persona de paso largo y seguro, lista y emprendedora, con la inteligencia práctica del pescador, con un alto grado de simpatía y una capacidad de comunicación extraordinaria, con una sonrisa constante y un buen talante; cuenta con una alta capacidad de gobierno, exhibe una sólida formación filosófica y teológica; tales habilidades hicieron de él un líder y un referente cualificado para los jóvenes y para los salesianos en España y el resto del mundo.
Su capacidad de escucha y su mirada amplia, su fe y esperanza, su disponibilidad y su entrega sin límites a los jóvenes y a la Familia Salesiana le consintieron entusiasmar a religiosos y laicos con el carisma de Don Bosco, invitando a dar respuestas nuevas ante los desafíos de las nuevas fronteras juveniles. Un amigo fiel y cercano que habla de frente y sin medias tintas, generando confianza y seguridad. Amante de la verdad y de las cosas claras, observante y defensor de los principios y de las normas establecidas, sin menoscabo de la persona. Sabe decir “no” cuando es necesario y beneficioso para las personas y para las instituciones. No le tiembla el pulso cuando hay que tomar decisiones impopulares, pero provechosas y oportunas para la misión educativo pastoral.
Desde Buenos Aires, Argentina, inició sus vínculos: fraternos y amistosos, de confianza y de amistad con el Papa Francisco, quien le nombró cardenal; tal designación constituye un reconocimiento a su persona, a los jóvenes, a los salesianos y a la Familia Salesiana.