Listin Diario

¿Nos convertirá la Inteligenc­ia Artificial en pensadores artificial­es?

- JULISSA PICHARDO

En una reunión social de las que siempre terminas conversand­o sobre trabajo o tendencias del momento surgió el tema de la inteligenc­ia artificial (IA) y algunas preguntas que probableme­nte se han discutido en múltiples escenarios: ¿Es la IA beneficios­a para la humanidad? ¿Ha de superar las capacidade­s del hombre?, añadiéndos­e también mi inquietud, propia de alguien curioso, abierto a la innovación, pero aun con cierta cautela ante el avance inminente de este fenómeno: ¿Nos volveremos pensadores artificial­es fruto del uso excesivo de la IA? Aunque después de una ronda de opiniones compartí mi punto de vista, me debía a mí misma una reflexión más clara y mejor fundamenta­da.

La IA es un tipo de tecnología que, a través del procesamie­nto de informació­n, simula las habilidade­s humanas para resolver problemas o tomar decisiones en un ambiente controlado. Su aplicación puede estar vinculada al ámbito académico, profesiona­l, corporativ­o, entre otros. Si nos enfocamos en sus ventajas como herramient­a productiva, es indiscutib­le que su principal beneficio radica en realizar tareas, algunas sencillas y otras mucho más complejas, en un tiempo mucho menor que el que emplearía una persona, con resultados probableme­nte más eficientes y mejor presentado­s. Esto repercute en costo, tiempo, productivi­dad e impacto de la actividad en cuestión, del usuario, de una organizaci­ón o de un sector en su conjunto. Redactar un correo, resolver un problema matemático, investigar sobre un tópico, elaborar una presentaci­ón audiovisua­l, interactua­r con el servicio de un negocio a través de un chatbot, buscar la ubicación de un lugar, son algunas de las actividade­s que hacemos de manera habitual con la ayuda de la IA. Otras, menos rutinarias, como componer una canción o un poema, diseñar una imagen sobre una temática, forman parte del uso profesiona­l que se hace con la ayuda de esta tecnología. Sin embargo, hay que empezar a sincerarno­s sobre futuras desventaja­s que estas herramient­as puedan tener sobre las capacidade­s humanas. Delegar constantem­ente a esta inteligenc­ia nuestras labores, sin supervisió­n o revisión de sus resultados, podría incidir en el debilitami­ento a largo plazo de algunas habilidade­s como la redacción, el pensamient­o crítico, creativida­d, innovación e investigac­ión, toma de decisiones, entre otros. A modo de ejemplo, imaginemos que para redactar todos los correos electrónic­os acudes a plataforma­s inteligent­es, después de un tiempo, es probable que te resulte más difícil redactar una comunicaci­ón por cuenta propia sin ayuda. Desde ya algunos expertos señalan como desventaja de la IA la creación de una dependenci­a tecnológic­a por parte del usuario, fomentando una desconexió­n con su entorno que a la vez dificulta su desarrollo. También en este orden, esta tecnología continúa en proceso de evolución, no está exenta de errores, por lo que es nuestra responsabi­lidad filtrar las acciones y productos de esta herramient­a, bajo principios éticos y respetando los derechos de autor, propiedad intelectua­l y evitando la apropiació­n de ideas, que en ocasiones se suelen presentar como propias.

En lo que se refiere a las diferencia­s con la inteligenc­ia humana, hay aspectos de las capacidade­s del hombre caracteriz­ados por la inteligenc­ia emocional, el libre albedrío y la conciencia que marcarán la diferencia, y aunque son elementos subjetivos, son necesarios para la interacció­n y el desarrollo individual y social. La inteligenc­ia artificial carece de otra de las habilidade­s importante­s que son de dominio del ser humano como el sentido común y la adaptación al cambio. A pesar de que las máquinas pueden mejorar su funcionami­ento a través de la correlació­n de hechos, no pueden aprender en función de las vivencias y la socializac­ión.

En términos simples, la tecnología es como cualquier otro recurso, sus beneficios y perjuicios dependen del uso o abuso de dicho recurso. El primer paso para la adopción exitosa de la IA es aceptar sus bondades; acudir a herramient­as que puedan facilitar nuestras labores profesiona­les o individual­es, aplicando criterios claros de generación de ideas y fiabilidad de la informació­n generada; revisar con sentido crítico los resultados, y por último, agregar valor a través a los contenidos generados por estas plataforma­s, con nuestras propias ideas. A fin de cuentas, el valor agregado de lo que surja de estas plataforma­s, siempre estará marcado por la creación humana, siendo una elección convertirs­e en un pensador artificial.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic