REFLEXIONES DEL DIRECTOR
allá de los noticiosos.
Este fenómeno de la desinformación luce potenciado por la aparición de aplicaciones tecnológicas que permiten crear imágenes híper realistas, voces clonadas y relatos aparentemente verosímiles que, al no ser cabalmente verificados, se dan por auténticos y creíbles.
Con la irrupción de las distintas herramientas de la Inteligencia Artificial, muchas de las cuales pueden tener un aprovechamiento positivo en los medios impresos y digitales híbridos, las posibilidades de ataques a la verdad se incrementan.
Aparte de lidiar con la realidad de que ha habido un progresivo desplazamiento de usuarios del formato papel y una caída de la publicidad en los impresos, la prensa escrita y digital también tiene que hacerlo frente al virus de la desinformación.
Pero en cualquiera de esos escenarios tiene, a la mano, formidables recursos para coexistir en un ecosistema tan disruptivo como el actual, en base al ejercicio del periodismo de calidad y profundidad que ha sido su sello de marca, en base a nuevos y creativos modelos de negocios y una armónica combinación del talento humano y las modernas máquinas que provee la tecnología.
Pese a que el panorama, prima facie, puede parecer sombrío, recibo los últimos sondeos internacionales que reflejan el estado mundial de la prensa escrita, que generó en 2023 más de 125 mil millones de dólares y mantiene una audiencia de 517 millones de suscriptores.
“La industria de diarios no solo continúa vigente, sino que es una de las primeras que se ha adaptado a las nuevas formas de consumo de la información y ha demostrado una gran capacidad para innovar y transformarse”, revela un estudio de la Asociación de Entidades Periodísticas
Argentinas.
Los diarios, en todos sus formatos y plataformas, desempeñan un rol clave en la dinámica informativa y sus audiencias los perciben como confiables y respetados frente a la creciente desinformación y los mensajes polarizantes que se multiplican en plataformas digitales y redes sociales, dice el informe.
De hecho, los más grandes diarios impresos del mundo son los que manejan los equivalentes digitales de alta audiencia e ingresos.
Sus ediciones, tanto impresas como digitales, funcionan muy bien por separado para ofrecer importantes efectos comerciales, con un fuerte impacto multiplicador al usar ambas en combinación, casi tres veces más que en una sola plataforma.