Remesas e inversiones

El número diez ha sido mencionado dos veces con gran satisfacción. En diciembre pasado, por haber recibido más diez millones de visitantes en un año. Y en enero, porque la entrada de remesas excedió los diez mil millones de dólares en el 2023.

En cuanto a las remesas, cabe destacar que esa cifra corresponde a un país de solo once millones de habitantes, lo que proporcionalmente supera a muchas otras naciones de mayor tamaño y población. Los dos países más populosos del planeta, la India y China, reciben también cuantiosas remesas de su diáspora esparcida por todo el mundo. En ambos casos, los emigrantes conservan un sentido de responsabilidad para con los familiares que han dejado atrás, dedicando parte de sus ingresos para enviarles ayuda, siendo su comportamiento a ese respecto similar.

Pero donde se observan notables discrepancias es en relación con las inversiones que los emigrados efectúan en su país de origen. El monto, absoluto y proporcional, que los chinos invierten en China es muy superior al que la India recibe como inversiones de sus ciudadanos residentes fuera de sus fronteras. Y esas inversiones involucran traspaso de tecnología y la apertura de mercados para la producción de empresas chinas. Dada la importancia que la inversión procedente del exterior tiene para el crecimiento económico, dicha diferencia ha sido objeto de debates y estudios. La explicación más aceptada es que se debe a que el ambiente regulatorio, en términos de trato, restricciones, procedimientos, costos y plazos, es más ágil y propicio en China que en la India, lo cual se refleja además en la gran divergencia que hay entre sus niveles de vida.

No obstante, se han mencionado también las características de sus sistemas sociales. La estructura de castas segregadas que persiste en regiones de la India de donde muchos emigrantes proceden, genera actitudes que limitan los vínculos de los emigrados a sus comunidades y segmentos demográficos, a expensas de una visión nacional más amplia.