Céspedes volverá a pitar en los Juegos Olímpicos
Progreso. Esta será la cuarta participación del joven árbitro, orgullo de la barriada de Villa Francisca, en la principal cita del deporte mundial.
La Federación Internacional de Voleibol (FIVB) seleccionó por cuarta ocasión al cotizado árbitro dominicano Dennis Céspedes para trabajar en los Juegos Olímpicos.
“La Federación Internacional de Voleibol (FIVB) tiene el placer de informarle, de su participación como oficial técnico de la FIVB para el voleibol en los Juegos Olímpicos París 2024”, expresa la misiva que recibió el día dos de este mes.
La misma precisa también las fechas de su llegada a la Ciudad Luz (24 de julio) y salida (11 de agosto).
“Otro momento grande de mi vida”, manifestó Céspedes, quien ya pitó en los Juegos Olímpicos de Londres, Rio 2016 y Tokio 2020, sobre esta escogencia para los Juegos París 2024.
Satisfacción
“En la historia del voleibol dominicano, no habíamos tenido a un árbitro en los Juegos Olímpicos, entonces yo llego en el 2012 y pito en los de Londres
y ya vamos por cuatro ininterrumpidamente”, resaltó Céspedes, un orgullo de Villa Francisca. “Eso es algo grandioso para el país, para la juventud que pueden ver un buen ejemplo en uno, que saliendo de un barrio, con mucha dedicación, disciplina y esfuerzo, ha podido salir adelante”, enfatizó. Indicó que este es un triunfo también del arbitraje y el voleibol dominicanos, de la Federación (Dominicana de Voleibol) y de la Confederación Norceca.
En su hoja de servicio resaltan sus participaciones en Copas del Mundo, Campeonatos Mundiales Juveniles, Campeonatos Mundiales de Mayores Femeninos y Masculinos, Liga Mundial y las Ligas de Naciones.
Céspedes, asentado en la élite del arbitraje mundial, fue el juez principal de la final que sostuvieron Brasil e Italia en los Juegos Olímpicos “Rio 2016”, la cual fue ganada 3-0 por el gigante suramericano.
Se inició en el difícil oficio en 1985 en el Centro Social Obrero del Club Villa Francisca, con la Asociación de Árbitros y Anotadores de Voleibol.
En el examen de admisión tuvo una calificación de 86 puntos.
Desde hace once años reside en Long Island, Nueva York, junto a su esposa Katty, casualmente hija del finado árbitro vegano de voleibol Rafael Crisóstomo, sus y los tres hijos que ambos han procreados (Dennise, Kaylynn y Brenden).