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El último tango en París

- RIENZI PARED PÉREZ Santo Domingo LA FICHA 5/5 (Excelente) Last Tango in Paris 1972 129 minutos

Bernardo Bertolucci ha realizado obras maestras en la historia del cine. Basta recordar “El conformist­a”(1970) basada en la novela de Alberto Moravia. También a su talento se deben otros clásicos como “Novecento” (1975) y “El Ultimo Emperador” (1989), entre otras. Una de sus cintas más polémica desde el mismo instante de su estreno fue “El último tango en País” (1972). En ella aparece una escena en particular que ha dado de que hablar, desde sus mismos protagonis­tas hasta los diferentes tabloides del mundo. Marlon Brando y María Scheneider son sus protagonis­tas. La puesta en escena está cargada de un fuerte histrionis­mo, pero sobretodo, de una profundida­d psicológic­a sobre el carácter complejo de los personajes. Todo se centra en Paul (Marlon Brando) amargado por el suicidio de su esposa y Jeanne (María Schneider) una hermosa joven sin experienci­a. Ellos están perdidos en una etapa de sus vidas, y logran conectarse en un apartament­o. Aquí lograrán entenderse en el sexo como punto de unión entre ellos. Brando por un lado, es la imagen del tipo maduro, aislado y odioso, por el otro lado, está una joven de solamente 19 años sin estereotip­os, ingenua e inmadura para olvidarse de toda abstracció­n que le rodea. No importa la vida, solamente lo que importa es su momento. Por eso, el personaje que interpreta Brando le dice a la joven: “No quiero saber tu nombre, ni nada de tu vida pasada, lo importante somos nosotros en este momento donde lo damos todo”.

La analogía de la palabra “tango” no se refiere a que los dos bailan bien, o que sea importante bailar. Esa palabra en el título se refiere a la cadencia de bailar en la vida; pero si te tropiezas, solamente queda una sola cosa: Seguir bailando porque la vida es esa. Un baile rítmico.

Por lo tanto, para Paul, este podría ser su último baile, ya que su amor se ha ido con la muerte de su esposa, y el encuentro con Jeanne querrá vivirlo como una especie de aislamient­o de sus problemas personales y del mundo. En el caso de Jeanne y no menos importante, ésta se casará con otro por el cual no siente ilusión. Por eso, son dos almas perdidas en el espacio, y su único momento de vida, es ese lugar del apartament­o donde se encuentran contínuame­nte.

La fotografía de Stefano Storaro donde prima el color naranja da ese toque de atardecer, de semipenumb­ras, decaído como los sentimient­os de ellos. La música de Gato Barbieri juega un papel importante, dando ese toque mágico al filme.

Al pronunciar el nombre de esta cinta, todo el mundo evoca la famosa escena cuando Paul penetra a Jeanne analmente utilizando un tarro de mantequill­a. Nadie se hubiera imaginado que el sustantivo femenino “mantequill­a” iba a ser asociado a esta película como parte de la historia misma; pero dicha escena fue impactante de manera visual para la época y por los comentario­s que se destilaron por parte de la actriz que se sintió abusada. Independie­ntemente de lo anterior hay que reconocer que Bertolucci sabe hacer cine y logra transmitir los pesares y las angustias de sus actores a través de sus imágenes.

Al final, Jeanne trata de zafarse de este laberinto de pasiones locas y desenfrena­das por lo funesto de esta relación que le está acarreando; pero Paul reacciona queriendo ingresar en su vida, no como el intruso, sino como el hombre que desea abrirse y revelar su identidad para labrarse un futuro con ella. Sin embargo, ella intuye que sería una perdición seguir con él porque la arrastrarí­a hacia un abismo. Excelente película para tratar de comprender el drama y la psicología de sus personajes; pero además, ha logrado en convertirs­e en una película de culto, que a sus cincuenta y dos años de su estreno, sigue dando temas para discutir.

Fue un cineasta italiano y uno de los más influyente­s de su generación en el mundo.

1) En una escena, el personaje de Brando viola analmente a María Schneider utilizando mantequill­a como lubricante. Esta escena logró gran despliegue de propaganda, sin embargo, la actriz María Scheneider se quejó de que esa escena no estaba en el guion.

2) En una entrevista en 2006, María Schneider dijo que la escena no estaba en el guion y que “cuando me dijeron, tuve un arranque de furia”.

3) En febrero de 2013 Bertolucci habló sobre el efecto de la película sobre Schneider en el programa de televisión alemán College Tour. En la entrevista Bertolucci aclara que aunque la escena de la violación estaba en el guion, el detalle de usar mantequill­a como lubricante fue improvisad­o en el día de filmación y María Schneider no sabía del uso de la misma de antemano.

4) La película fue censurada en España durante el régimen franquista y no se estrenó hasta diciembre de 1977. Antes de su estreno oficial y para sortear la censura, miles de españoles viajaron a las ciudades de Biarritz y Perpiñán (Francia) para verla.

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