El tema de la edad perjudica más a Biden
Donald Trump ha elogiado a Viktor Orban, el primer ministro de Hungría, por su liderazgo en Turquía y ha confundido a Nikki Haley, su rival presidencial republicana, con Nancy Pelosi, la expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes.
El presidente Joe Biden nombró a exlíderes europeos fallecidos al describir a sus contemporáneos y se refirió a Egipto como México. Pero mientras que Biden, de 81 años, se ha visto cada vez más perseguido por dudas y preocupaciones de los electores respecto de su edad, Trump, de 77 años, no ha sentido el mismo revés.
En una encuesta de
hecha en seis estados, el 70 por ciento de los electores dijo que Biden tenía demasiada edad para ser presidente. Menos de la mitad de los electores expresaron dudas similares sobre Trump.
“Aunque sabemos que ambos candidatos tienen tres años y medio de diferencia de edad, un lado parece resentirlo un poco más, y eso va a ser una preocupación”, dijo el diputado estadounidense Mark Pocan, demócrata de Wisconsin. La voz de Biden se ha vuelto más suave y ronca, su cabello más fino y más blanco. Es alto y delgado, pero se mueve con más cautela que como candidato en 2019 y 2020, y a menudo mantiene rígida la parte superior del cuerpo, lo que aumenta la impresión de fragilidad. Y ha perdido el equilibro en público: cayéndose de una bicicleta y tropezando con un saco de arena.
Trump, por el contrario, es alto y corpulento, y utiliza su físico para proyectar fuerza.
A menudo se tiñe el pelo y luce un bronceado poco natural. En los mítines, disfruta de la adulación durante varios minutos, bailando al son de una canción de apertura, y luego pronuncia discursos llenos de retórica machista y grandilocuencia que normalmente duran más de una hora, una muestra de resistencia.
Trump “comete al menos tantos errores como Joe Biden, pero como lo hace con arrojo, no parece senilidad”, dijo Carol Kinsey Goman, oradora y asesora sobre presencia de liderazgo. “Parece pasión”. En Biden, dijo Goman, “parece debilidad”.
Los demócratas y algunos republicanos han dicho que Biden sigue avispado en conversaciones privadas. Hace aproximadamente un año, la Casa Blanca dio a conocer una carta del médico de muchos años de Biden que lo describía como un “hombre sano y vigoroso de 80 años” después de un examen físico. En noviembre, Trump publicó un vago reporte de salud que describía su condición como “excelente”. Recientemente, el reporte de un fiscal especial decía que había evidencia de que Biden podría haber retenido intencionalmente documentos clasificados. La oficina no recomendaría cargos en su contra, decía el reporte, en parte porque lo más probable era que Biden fuera visto por un jurado “como un hombre de edad avanzada bien intencionado y con mala memoria”. Dijo que tenía dificultades para recordar la fecha en que murió su hijo Beau. Cuando Biden reunió a los periodistas para refutar aspectos del reporte y denunciar airadamente sus afirmaciones sobre su memoria y su estado mental, también respondió preguntas sobre Oriente Medio —y confundió a Egipto y México.
Trump también ha enfrentado interrogantes sobre su salud y aptitud para el cargo. Pero su impulsividad y voluntad de salirse del guión de maneras que pueden resultar confusas sólo contribuyen a su imagen de agente del caos sin ensayo ni adorno, una fuente clave de su popularidad. Los errores verbales de Biden, por el contrario, socavan la imagen de experiencia, competencia y profesionalismo que lo llevó a ser electo, y que incluso sus partidarios temen silenciosamente que se esté desvaneciendo. “Donald Trump no es un hombre joven, pero parece estar, en su mayoría, en la cima de su juego”, dijo Henry Barbour, un estratega republicano radicado en Mississippi. Pero con Biden es diferente, añadió Barbour: “El pueblo estadounidense claramente se siente incómodo con que Joe Biden continúe como presidente simplemente por lo que está sucediendo ante sus ojos”.