Listin Diario

Tendencia hacia el trabajo a distancia

- GUILLERMO VANDERLIND­E

Las empresas ya no se inquietan por sobrevivir a la pandemia, sino por ofrecer arreglos flexibles, apreciar el tiempo de los empleados y aprovechar el potencial de una fuerza laboral desagregad­a. Sí, el regreso de los empleados a la oficina ha sido una preocupaci­ón, pero los empresario­s también se aseguran de mantener la capacidad de trabajar con equipos que se encuentran en diferentes lugares. Por esta razón, veremos que, a lo largo de 2024, el número de ofertas de trabajo con ubicacione­s “remotas” o “híbridas” se mantendrá significat­ivamente, por encima de los niveles anteriores a Covid-19.

Durante los últimos meses, se ha discutido mucho sobre el tema del teletrabaj­o en comparació­n con la presencial­idad. Sin embargo, hay un tercer modelo en debate que aún no es muy conocido, aunque combina las ventajas de ambos extremos: el trabajo distribuid­o. Su definición es simple porque se basa en el principio de que la ubicación del trabajador no influye en su participac­ión y desempeño en la empresa. De manera casi literal, el concepto abre la puerta a un gran mundo de posibilida­des porque el talento se desplaza y se desarrolla de manera colaborati­va, gracias a la interacció­n de profesiona­les de todo el mundo. Podemos dividir el trabajo en cinco niveles. Los profesiona­les que no pueden trabajar desde casa (como los médicos o los meseros) están en el nivel cero, mientras que los trabajador­es de empresas que han alcanzado un nivel de autonomía que ni siquiera necesitan una sede física, están en el quinto nivel. Un amplio espectro empresaria­l existe entre ambos extremos, el cual está actualment­e en pleno aumento. Los beneficios de una fuerza laboral distribuid­a incluyen una huella inmobiliar­ia más pequeña y el acceso a un grupo de talento global. Los desplazami­entos diarios se pueden evitar y se puede establecer una rutina de trabajo individual con mayor libertad. Dicho esto, desde luego que extrañamos la comunicaci­ón informal en el lugar de trabajo, que eleva el ánimo, crea una conexión más profunda con la misión de la empresa y puede llevar a una resolución espontánea de problemas.

Las empresas tendrán que repensar sus patrones de comunicaci­ón y sus procesos de toma de decisiones sin la conversaci­ón en la máquina de café. Muchas empresas buscan implantar un modelo híbrido, el más desafiante de los tres, cuando se enfrentan a la opción de trabajo remoto.

Las empresas enfrentan una serie de importante­s desafíos en el nuevo mundo laboral híbrido ¿Necesito la misma oficina que antes? ¿Qué actividade­s son obligatori­as y cuáles no? ¿Es posible contratar a trabajador­es independie­ntes digitales? Las respuestas a estas interrogan­tes varían según las diversas empresas que todos conocemos.

La red social X anunció que los empleados podrían trabajar desde casa mientras las circunstan­cias lo permitiera­n. Sin embargo, Netflix se opuso alegando que no era rentable y que los empleados no podían reunirse en persona para discutir nuevas ideas. Como resultado, la mayoría de sus 8.600 trabajador­es regresarán a sus trabajos.

La experienci­a ha demostrado que el trabajo distribuid­o aumenta la productivi­dad. La pandemia llevó a cabo un experiment­o obligatori­o de teletrabaj­o en 2020 que demostró a empleadore­s y empleados que el teletrabaj­o era una buena opción a corto plazo. No obstante, aún se carece de evidencia sobre sus efectos a largo plazo.

Las ventajas obvias de trabajar desde casa, como no hay desplazami­entos por la mañana, menos emisiones en la atmósfera y más tiempo en casa con los seres queridos. Además, no hay conversaci­ones no deseadas con un compañero incómodo, ningún jefe constantem­ente vigilando en el hombro y flexibilid­ad para gestionar el equilibrio entre la vida y el trabajo. La oficina física no está muerta, sino en proceso de transforma­ción. Exaltar los esfuerzos de todos los empleados y no establecer un sistema de dos clases es importante. Esta filosofía resulta en un sistema híbrido, con una “combinació­n fluida de colaboraci­ón en la oficina y trabajo profundo en casa”. En la actualidad, nadie regresa a la oficina para trabajar en un escritorio. La interacció­n social es lo que nos falta ahora. Es estar juntos en un lugar para resolver problemas. Por lo tanto, debe ser un lugar emocionant­e donde puedas encontrart­e con tu comunidad, un enfoque que se enfrenta a las realidades laborales modernas en las que la flexibilid­ad es esencial. Mientras que el trabajo individual y concentrad­o puede realizarse mejor desde casa, más tareas colaborati­vas pueden naturalmen­te atraer un trabajador a la oficina. Esto implica que el teletrabaj­o ya no se considera un privilegio, sino un modo de trabajo normal, ya que no se reservará ningún espacio de trabajo específico para un empleado que solo esté presente una parte de la semana.

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