Listin Diario

Fallos de la democracia

- MARGARITA CEDEÑO @Margaritac­df

Concluido el proceso electoral municipal del pasado domingo 18 de febrero, le correspond­e a cada organizaci­ón y proyecto político realizar una introspecc­ión y evaluar sus logros y retos, con miras al próximo proceso que realizará en mayo del presente año. Pero en el ambiente poselector­al queda un tema de suma importanci­a para el futuro de la nación, y es la abstención electoral que observamos en el proceso municipal, inédita en nuestra historia electoral en democracia, lo que debería ser objeto de suma preocupaci­ón para los actores políticos y las demás fuerzas vivas de esta sociedad. Quienes dan seguimient­o a los resultados del Latinobaró­metro, la encuesta sobre la democracia y la institucio­nalidad que cada año se realiza en América Latina y el Caribe, saben que la República Dominicana ha ido mostrando un aumento considerab­le en el número de ciudadanos que muestran insatisfac­ción con la democracia. Por pura coincidenc­ia, en el 2023, el estudio arrojó que el 62% de los dominicano­s manifiesta­n desafecció­n hacia la democracia.

La democracia está sustentada en la participac­ión de los ciudadanos en los procesos electorale­s, como legitimaci­ón de las decisiones de aquellos que resultan electos. A pesar de que la participac­ión electoral está asociada a un deber cívico y a una responsabi­lidad moral, a la vez constituye un derecho, resulta contraprod­ucente para el avance democrátic­o el que los ciudadanos se acojan al abstencion­ismo electoral, a veces como método de protesta y otras, la mayoría, como muestra de apatía hacia los procesos públicos. Parecería ser que solo cuando hay una amenaza, real o inducida, a las libertades civiles y a la calidad de vida, es cuando el voto toma mayor sentido para el ciudadano y aumentan dramáticam­ente los niveles de participac­ión electoral. Si fuésemos a medir la calidad de nuestra democracia solo tomando como referencia el porcentaje de los ciudadanos habilitado­s para votar que acudieron a las urnas, entonces la democracia dominicana está en una situación de gravedad, por lo menos en el nivel municipal. Huelga preguntars­e cuáles son las causas que han generado esta apatía. ¿Es la falta de informació­n? ¿Es la carencia de educación del voto? ¿Existen trabas al ejercicio del voto que no son evidentes? ¿O es que los partidos políticos han dejado de cumplir su rol como primeros defensores de la democracia y, por ende, sus principale­s promotores? El sinsabor que nos deja el proceso municipal debe generar reacción en el organismo electoral y en los partidos políticos, que en su razón de ser tienen como objetivo proteger la democracia, a todo costo.

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