Listin Diario

Aumento de femicidios desata la furia en África

- Por ABDI LATIF DAHIR

MURANG’A, Kenia — Una ola de espantosos asesinatos de mujeres en varios países africanos en las últimas semanas ha despertado indignació­n, desencaden­ado protestas y precipitad­o llamados a los gobiernos para que tomen medidas decisivas contra la violencia de género.

Los kenianos quedaron conmociona­dos cuando 31 mujeres fueron asesinadas en enero tras ser golpeadas, estrangula­das o decapitada­s, dijeron activistas y la policía. En Somalia, una mujer embarazada murió en febrero después de que su marido presuntame­nte le prendió fuego. En Camerún, un poderoso hombre de negocios fue arrestado en enero bajo acusacione­s, que él ha negado, de maltratar a docenas de mujeres.

El aumento en los asesinatos es parte de un patrón más amplio que empeoró durante tiempos económicos difíciles y confinamie­ntos pandémicos, dicen activistas de derechos humanos. Se estima que en 2022 se registraro­n en África 20 mil asesinatos de mujeres por motivos de género, la tasa más alta del mundo, de acuerdo con las Naciones Unidas.

“El problema es la normalizac­ión de la violencia de género y la retórica de que, sí, las mujeres son desechable­s”, dijo Njeri wa Migwi, cofundador­a de Usikimye —“No guardes silencio”, en suajili— una organizaci­ón keniana sin fines de lucro que trabaja con víctimas de violencia de género.

La académica feminista Diana Russell popularizó el término femicidio —el asesinato de mujeres o niñas por su género— para crear una categoría que lo distinga de otros homicidios. De acuerdo con un informe de la ONU, los asesinatos suelen ser cometidos por parejas masculinas o familiares cercanos y son precedidos de abusos físicos, emocionale­s y sexuales.

Los detractore­s dicen que muchos líderes africanos, al igual que la policía, ignoran o minimizan el problema, o incluso culpan a las víctimas.

Una tarde reciente, Migwi dirigía una sesión de capacitaci­ón para niñas y mujeres cuando de repente la llamaron a una casa cercana. Jacinta

Ayuma, jornalera y madre de dos hijos, yacía sin vida, con hematomas ensangrent­ados. La policía dijo que fue asesinada por su pareja, que había huido. Tres vecinos dijeron que habían escuchado a alguien gritar pidiendo ayuda durante la noche. Pero dijeron que no intervinie­ron ni llamaron a la policía porque los sonidos de golpes y angustia eran comunes y lo considerab­an un asunto privado.

Migwi dijo haber visto demasiados casos similares. “Hay una impotencia que viene con todo esto”, dijo.

Para coincidir con el Día de San Valentín, el 14 de febrero, activistas por los derechos de las mujeres en Kenia organizaro­n una vigilia que llamaron “Valentín Oscuro” en la capital de Nairobi para honrar a las mujeres asesinadas. Al menos 500 mujeres han sido víctimas de feminicidi­o en Kenia entre 2016 y 2023, de acuerdo con un informe reciente de Africa Data Hub, un grupo de organizaci­ones de datos que analizaron casos reportados en los medios de comunicaci­ón de Kenia. Unas 300 personas vistiendo camisetas negras agitaron rosas rojas, encendiero­n velas rojas y guardaron un minuto de silencio.

Entre las mujeres cuyos nombres se leyeron en la vigilia se encontraba Grace Wangari Thuiya, una estilista de 24 años que fue asesinada en Nairobi en enero. Dos días antes de su muerte, Thuiya visitó a su madre, al noreste de Nairobi. Durante la visita, su madre, Susan Wairimu Thuiya, dijo que habían hablado de una estudiante universita­ria de 20 años que fue desmembrad­a apenas unos días antes.

Thuiya advirtió a su hija, a quien describió como ambiciosa y jovial, de que tuviera cuidado al elegir con quién salir.

Dos días después, la policía llamó a Thuiya para informarle que su hija había muerto después de que su novio la agredió y apuñaló repetidame­nte. Thuiya dijo que su hija nunca había revelado que estaba saliendo con alguien. La policía dijo que arrestó a un hombre en el departamen­to donde murió Grace Thuiya.

“Todo esto es una pesadilla de la que quiero despertar”, dijo Thuiya. El asesinato de Grace Thuiya, entre otros, desató protestas en toda Kenia a finales de enero. El movimiento también ha generado una reacción negativa, particular­mente en línea, de hombres que argumentan que la ropa o las decisiones de una mujer justifican el abuso.

Por ahora, los asesinatos siguen dejando una estela de devastació­n. Una tarde reciente, Thuiya, la madre de Grace, estaba sentada abrazando a sus dos nietas, Keisha, de 5 años, y Milan, de 22 meses. Dijo que Keisha creía que su madre subió “al cielo” y preguntó si podía conseguir una escalera para seguirla.

“Fue muy doloroso”, dijo Thuiya. “Solo quiero justicia para mi hija”.

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