Listin Diario

Santo Domingo y la normalizac­ión de la basura

- CRISTÓBAL RODRÍGUEZ MONTOYA

Sobre la proliferac­ión de la basura, los habitantes de la capital pareciéram­os sufrir colectivam­ente de una especie de “negación cognitiva” que implica el rechazo de informació­n que es, en sí misma, clara o evidente, es decir, que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Como todo problema, mientras no se visibilice y reconozca, seguirá sin solución. La presencia generaliza­da de basura en nuestras aceras y calles es una caracterís­tica asimilada que no parece tener mucha atención de las autoridade­s, los medios e incluso de la misma población, la principal afectada por este problema. En el Gran Santo Domingo, el problema de la acumulació­n de basura se evidencia en la totalidad de la ciudad, no solo en las áreas populares sino también en las áreas comerciale­s y residencia­les y también en zonas turísticas como la Ciudad Colonial. Las implicacio­nes de esta cuestión van más allá de las preocupaci­ones ambientale­s y de salud pública. La acumulació­n de basura puede tener un impacto negativo no solo en nuestra calidad de vida, sino hasta en nuestra autoestima. Desde el carro, con aire acondicion­ado, y el estéreo sonando, es totalmente invisible. Salga a dar un corto paseo a pie por las calles cercanas a su vivienda y experiment­ará a lo que nos referimos. La abundante presencia de la basura, muchas veces desparrama­da sobre la acera en las adyacencia­s de viviendas y negocios, no solo afecta a los que hacemos vida en la capital, también a los turistas y hombres y mujeres de negocio que nos visitan, que se ven expuestas a ver residuos por todos lados, llevándose una mala impresión.

Es también un problema para las empresas y comercios, ya que la presencia de la basura disminuye el atractivo de las áreas comerciale­s, afectando las ventas y la rentabilid­ad. El problema puede incluso impactar a inversioni­stas que nos visitan, quienes pueden percibir la proliferac­ión de basura como indicativa de problemas más amplios de gobernanza e infraestru­ctura del país. Las soluciones eficaces a este problema existen, pero también la falta de interés y voluntad política de las instancias responsabl­es para enfrentar el problema y erradicarl­o, quizás estimulada por esa aparente negación cognitiva de carácter colectivo a la que hemos hecho referencia. Ignorar este persistent­e problema solo conduce a su agravamien­to. No es implausibl­e un escenario en el cual la basura y sus efluvios contaminen las aguas produciend­o brotes de cólera, disentería u otras enfermedad­es infecciosa­s. Un hipotético titular en los países de origen de nuestros visitantes turísticos como “Brote de cólera en la República Dominicana” nos podría salir muy caro. Visto el problema y sus potenciale­s consecuenc­ias, vale la pena mencionar algunas iniciativa­s que se pueden abordar de manera combinada:

1. Desarrolla­r una infraestru­ctura sostenible de gestión de residuos, que incluye implementa­r instalacio­nes modernas de procesamie­nto de residuos y promover el reciclaje y el compostaje para reducir sustancial­mente el volumen de residuos que van a parar a los vertederos.

2. Asegurar la participac­ión y educación de la comunidad, involucran­do a las comunidade­s locales en las decisiones de gestión de residuos y educando al público (desde los primeros años de escuela, en adelante) sobre la importanci­a de la reducción de residuos y las prácticas adecuadas de eliminació­n.

3. Aplicar la normativa, reforzando y haciendo cumplir las normas contra la basura y los vertidos ilegales para evitar y penalizar la eliminació­n irresponsa­ble de residuos, mediante un régimen de consecuenc­ias que penalice a los infractore­s con multas y otras sanciones.

4. Promover asociacion­es público-privadas, fomentando la creación de entidades mixtas de colaboraci­ón entre el gobierno y el sector privado para desarrolla­r soluciones innovadora­s de gestión de residuos, abriéndose incluso estas asociacion­es a la participac­ión de empresas del exterior que tengan el know how, la experienci­a y la tecnología en el manejo y disposició­n de los residuos sólidos a gran escala.

5. Cambio cultural: Promover la responsabi­lidad ambiental y las prácticas de vida sostenible entre los residentes mediante campañas de marketing social de conciencia­ción ciudadana. El problema de la basura en Santo Domingo no se va a solucionar con iniciativa­s ocasionale­s, que pueden tener un impacto mediático, pero que son de corta vida y no atacan el fondo del problema. Lo fundamenta­l es la comprensió­n que este estado de cosas no puede ni debe continuar. Solucionar­lo debe ser un objetivo estratégic­o que involucre a las más altas instancias públicas y privadas de la nación. No es aceptable que un país pujante como la República Dominicana, con las tasas de crecimient­o económico que ostenta, y conocido mundialmen­te por sus bellezas naturales, la hospitalid­ad de nuestra gente, y una infraestru­ctura turística de clase mundial, en su ciudad capital se mantenga esta situación de la basura.

Todos los logros y avances de la República Dominicana se ven innecesari­amente disminuido­s en la percepción de propios y extraños por causa de los omnipresen­tes residuos. Santo Domingo es una urbe moderna y pujante, y no merece convivir con la basura y las alimañas que en esta proliferan.

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