Listin Diario

Manifestac­iones divinas que vivió en el ‘más allá’

Testimonio. “Durante las veces que estuvo en coma, producto de las ocho cirugías que le han hecho, Yeimy Bonilla pudo ver la crucifixió­n de Jesús. En una ocasión también lo vio llorar lágrimas de sangre, en otra sentía que subía hasta donde había unos áng

- MARTA QUÉLIZ Santo Domingo

Yeimy Bonilla no lo pensó dos veces cuando se le pidió, si era posible, que mostrara la cicatriz que tiene en la parte inferior de su cabeza. Se levantó su abundante y rubia cabellera y dejó que Leonel, el fotógrafo de LISTÍN DIARIO, tomara la imagen. Mientras se dejaba retratar, su hermana Imilce aprovechab­a para contar su experienci­a mientras acompañaba en tan largo proceso a Yeimy. “No te puedo explicar cómo ha sido todo esto. Siempre teníamos que llevarla al médico de emergencia. Se ponía muy mal. Después que le descubrier­on lo que tenía, el quiste en el cerebelo, fue necesario someterla a ocho cirugías, cada una era una gran prueba de fe para nosotros”. Descansa el relato porque la protagonis­ta de esta historia, muy sonriente, ya posó para el lente de Leonel. “Cada operación era un reto. Yo podía quedar como un vegetal porque el cerebro es muy delicado y el cirujano, que el Señor puso en nuestro camino y que se arriesgó a operarme, lo sabía, pero lo hacía porque quería ayudarme. De hecho, nos dijo que, de cada 2,000 personas con esa condición, una queda viva, pero con algún tipo de daño, y por eso es que digo que soy un milagro de Dios”. Su fe es inmensa y la emoción en su rostro lo confirma. Tiene sobrados motivos para creer. Las cinco veces que cayó en coma, pudo experiment­ar manifestac­iones divinas que hoy comparte con los lectores de este medio. “La primera vez pude ver a Cristo crucificad­o, le vi la espalda ensangrent­ada y cortada. Cuando le iba a ver el rostro, se lo tapó. En otra ocasión pude ver cómo lloraba lágrimas de sangre. También en otro estado de coma yo iba como subiendo y llegué a un lugar donde había ángeles que me decían que les habían dado permiso para ir a verme. En ese momento volví en sí y tenía tanta fuerza que ocho médicos que estaban conmigo, no podían controlarm­e”. Hoy lo cuenta convencida de que Dios ha sido muy misericord­ioso con ella. A todas estas experienci­as es que suma la que ya ha contado del peor estado de coma que vivió. Se dio en su sexta cirugía que fue cuando la declararon muerta. Su madre no podía creerlo. Perdió la voz, pero nunca la fe. “Llamó al médico que en otras ocasiones lo había hecho todo para ayudar a Yeimy. Él le dijo a mi madre: ‘Agárrate de Dios’, y así lo hizo, pese a que ya le habían entregado el papel para que firmara el fallecimie­nto de mi hermana”. Esta parte la cuenta su hermana Imilce, a quien el Señor, en ese terrible momento, le dijo: “Es tiempo de agarrar tu espada”. Se aferró a la oración porque sabía que el “aguijón de la muerte” sólo se iría orando “y así fue”..

El renacer de Yeimy

Después de esa experienci­a que vivió y que hasta a los mismos médicos dejó admirados y convencido­s de que su vuelta a la vida había sido un milagro, ella siguió recuperánd­ose. Tanto es así que, en otra cirugía posterior, en la que debían llegar a un ventrículo que se tornaba difícil porque podía afectar su médula, ocurrió que él solo, sin la intervenci­ón, botó el líquido sin afectarla. “Ellos no lo podían creer porque yo he sido objeto, no de uno, sino de muchos milagros”. Esto lo dice Yeimy con una sonrisa contagiosa.

Para que tengan una idea de cuán grande es lo que el Señor ha hecho en su vida, después de todo esto, ya en el año 2014, ella estaba dispuesta a llevar una vida normal, tanto que, a estas alturas y con todas las secuelas que tenía acuestas, se inscribió en la universida­d. Hoy día, sólo le faltan dos materias para graduarse de Comunicaci­ón Social. “También he participad­o en varias películas locales, porque me gusta la actuación”. Lo cometa con mucha alegría, la misma que siente cuando dice que lleva cuatro años de casada, porque para Yeimy, no hay nada imposible cuando se tiene a Dios como aliado.

 ?? LEONEL MATOS ?? Cuando se tiene a Dios como aliado y como guía, no hay nada imposible.
LEONEL MATOS Cuando se tiene a Dios como aliado y como guía, no hay nada imposible.
 ?? ?? La cicatriz de Yeimy en la parte inferior de su cabeza.
La cicatriz de Yeimy en la parte inferior de su cabeza.

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