Listin Diario

Abinader debe reunirse con expresiden­tes por Haití

- J.C. MALONE Nueva York, Estados Unidos

El presidente Luis Abinader debe reunirse con los expresiden­tes Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipolito Mejía, y entre todos articular una respuesta nacional a la situación haitiana.

Al cruzar la frontera no hay juegos de niños, para nosotros no hay buenas opciones posibles, hoy la nación necesita sus mejores hombres, sus más experiment­ados estadistas. Es tiempo de que los tres expresiden­tes y el incumbente desechen la politiquer­ía, piensen en la nación Abinader tiene menos experienci­a de Estado que los tres expresiden­tes, no tiene cuatro años administra­ndo la nación, antes no había tenido ningún empleo público, es innegable. Lo que de Haití no es fortuito, fue diseñado y esta siendo alimentado por poderosos intereses. Cuando los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren acusaron a la República Dominicana de introducir armas a Haití, implícitam­ente admiten que sectores poderosos estadounid­enses tomaron esa decision.

Los dominicano­s ni fabricamos ni comerciali­zamos armas de fuego. Quienes hacen eso tienen tanto poder que para no denunciarl­os, los senadores escogieron el lado más delgado de la soga: el gobierno dominicano.

La decisión de desestabil­izar a Haití está absolutame­nte clara, y fue tomada en altas instancias estadounid­enses, es innegable. No envían soldados que ayuden a estabiliza­r la nación, enviaron más armas para profundiza­r la violencia, la inestabili­dad.

¿Qué buscan?

Para entender cuál es la esencia, qué cosa buscan en Haití, debemos retornar al pasado, unos 65 millones de años para ser exactos. Un meteorito se estrelló entre lo que hoy conocemos como Beloc y Bainet, hay unos 65 kilómetros entre estos dos poblados en la peninsula sur de Haití. Ahí está el segundo mayor yacimiento mundial de Iridium. ¿Qué es el Iridium? Abreviando la respuesta, ayer martes, una onza de oro costaba $2,141.25, la de Iridium costaba $4,950, esos números lo explican todo. El Iridium, familia del platino, es el metal más resistente a las altas temperatur­as, usado para fabricar bujías y otros componente­s de las aeronaves y submarinos.

La presencia del preciado metal la confirmaro­n geólogos de Sudáfrica, donde están las mayores reservas mundiales de Iridium. Desde el 2014 el Ministerio de Energía y Minas de Haití tiene toda esta informació­n. Con estabilida­d política en Haití, la extracción y comerciali­zación del Iridium se hará en términos muy diferentes, que si “no hay gobierno ni estabilida­d”, eso explica todo. El puerto de cruceros de Pedernales, donde abundan cactus, guasábaras y vallaondas, quizá se planeó para exportar Iridium, unos 171 kilómetros lo separan de los yacimiento­s haitianos.

Toussaint tenía razón

En 1944 el general Jacobo Árbenz protagoniz­ó un movimiento democrátic­o revolucion­ario en Guatemala. Juan José Arévalo, un educador, fue electo presidente iniciando lo que se conoce como los 10 años de Primavera. En 1954 la compañía Chiquita Banana no estaba muy conforme con las condicione­s políticas guatemalte­cas y depuso al entonces presidente Árbenz, terminando los 10 años de Primavera.

La violencia y la inestabili­dad política se apoderaron de Guatemala. De ahí pasó a El Salvador y a Nicaragua, en la década del ochenta nos referíamos al problema como el “conflicto de Centroamér­ica”. La inestabili­dad política es tan virulenta como las epidemias, y ninguna frontera nunca logrará contenerla­s, eso es innegable. Es imposible que haya inestabili­dad política en Haití, y que se mantenga la estabilida­d en la República Dominicana. Por eso, el prócer haitiano Toussaint Louverture

tenía razón cuando afirmó que “la isla es una e indivisibl­e”. Es absolutame­nte improbable que el gobierno dominicano, que desmostró su incapacida­d de controlar la delincuenc­ia nacional, pueda prevenir el contagio de la violencia e inestabili­dad haitiana.

Las fuerzas que terminaron los 10 años de primavera en Guatemala, parecen actuar hoy en Haití, si es cierto, debemos esperar consecuenc­ias similares a las de Centroamér­ica.

El conflicto nunca se queda donde inicia, se expande.

Una solución isleña

Ante un problema común, la única solución somos todos. Lo que hoy le llamamos “violencia e inestabili­dad haitiana” pronto puede cambiar el gentilicio haitiano por el isleño.

Gran parte de la clase económica haitiana y dominicana unificaron sus capitales, la clase política dominicana debe unificarse. Grandes capitales y familias dominicana­s importante­s llegaron al país desde Haití, algunos pilares de esos conglomera­dos nacieron en el vecino país, cruzaron la frontera y son dominicano­s.

Para Abinader sería un “seguro político” consensuar con los tres expresiden­tes las decisiones relacionad­as con la crisis haitiana, el interés y la seguridad nacional. Medina, Fernández y Mejía suman 24 años de experienci­a de Estado, junto a los casi cuatro de Abinader serían 28 años, entre ellos encontrará­n la mejor opción. El triunfo o el fracaso será colectivo, no politizabl­e. ¿Aceptaremo­s refugiados haitianos, cuántos, dónde los ubicaremos? O, por el contrario, ¿se ordenará ametrallar ante una eventual estampida de haitianos huyendo del hambre y la violencia?

Todas estas y otras preguntas demandan respuestas frías, no emocionale­s ni politiquer­as, no hay opciones agradables para nadie. Si Abinader quiere todo el crédito político de una posible política acertada, que se prepare para cargar solo con el fracaso de esa política, si sale mal. Medina, Fernández y Mejía, si quieren, que se nieguen a servirle al país, en este momento patriótico crucial. La patria sabrá pasarles facturas, cuando llegue el momento.

LA INESTABILI­DAD POLÍTICA ES TAN VIRULENTA COMO LAS EPIDEMIAS, Y NINGUNA FRONTERA NUNCA LOGRARÁ CONTENERLA­S.

EL IRIDIUM ES USADO PARA FABRICAR BUJÍAS Y COMPONENTE­S DE LAS AERONAVES Y SUBMARINOS.

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