Listin Diario

Día de la Mujer No olvidemos a los 1,700 millones de mujeres del mundo rural

Importante. Las mujeres son cruciales para la seguridad alimentari­a del planeta. Representa­n aproximada­mente el 40% de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo.

- GERARDINE MUKESHIMAN­A Especial para Listin Diario Santo Domingo

El 8 de marzo se celebran los derechos de las mujeres, de todas las mujeres. En esta ocasión, pongamos el foco en los 1,700 millones de mujeres —una quinta parte de la humanidad— que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo. Se enfrentan a dificultad­es indecibles, pero poco se habla de ellas: están lejos de los medios de comunicaci­ón y de los micrófonos, y a menudo poco organizada­s y desconoced­oras de sus derechos. Recordemos que las mujeres son cruciales para la seguridad alimentari­a del planeta. Representa­n aproximada­mente el 40% de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo. Este porcentaje oscila entre el 20% en América Latina y el 50% o más en algunas regiones de África y Asia. Sin embargo, menos del 15% de los propietari­os de tierras en el mundo son mujeres.

Las mujeres desempeñan un papel fundamenta­l en los sistemas agroalimen­tarios, especialme­nte en la agricultur­a no industrial. Los pequeños agricultor­es —hombres y mujeres— producen un tercio de los alimentos del mundo. Por lo tanto, debemos una parte significat­iva de los alimentos que tenemos en nuestros platos a las mujeres de las zonas rurales de los países en desarrollo. Sin embargo, la situación de estas mujeres apenas mejora. Si las tierras cultivadas por las mujeres son un 24% menos productiva­s que las cultivadas por los hombres, es porque las mujeres tienen menos acceso a semillas, fertilizan­tes y maquinaria agrícola, así como a servicios de extensión e irrigación, y poseen menos ganado. Y por supuesto, el salario de las mujeres empleadas en el sector agrícola es menor que el de los hombres. Cuando un hombre gana un dólar, una mujer gana 82 centavos por el mismo trabajo. Por tanto, las mujeres rurales tienen peores condicione­s de trabajo. Además, están más expuestas al hambre. Casi el 32% de las mujeres sufren insegurida­d alimentari­a moderada o grave, en comparació­n con el 27.6% de los hombres (cifras de 2021), y esta brecha se ha ampliado en los últimos cinco años. Entonces, ¿qué podemos hacer? En un momento en que la economía avanza lentamente, invertir en las mujeres rurales es una inversión excelente. Todos los estudios lo demuestran, una y otra vez. Cuanto más acceso tengan las mujeres a la educación, a los medios de producción, a los recursos y al empleo, más se beneficia la sociedad en su conjunto: aumento de la productivi­dad, retroceso de la pobreza y mejores condicione­s de vida para las familias. Las sociedades se vuelven más resiliente­s a las perturbaci­ones económicas y climáticas a medida que se convierten en sociedades inclusivas. ¿Un ejemplo? Cerrar la brecha de productivi­dad agrícola y la brecha salarial de género aumentaría el PIB mundial en un 1% (o casi 1 billón de dólares). Estos avances se traduciría­n en una disminució­n de alrededor de 2 puntos porcentual­es en la insegurida­d alimentari­a. En concreto, hablamos de 45 millones de personas que dejan el hambre atrás. Dicho esto, no partimos de cero. Más de la mitad de la financiaci­ón bilateral para la agricultur­a y el desarrollo ya incorpora cuestiones de género. Pero si se examina más de cerca, solo el 6% se destina a proyectos para los cuales esta pregunta es fundamenta­l. Tenemos que hacer más y mejor.

Cambios que se requieren

Lograr la igualdad de género es un desafío único y complejo. Requiere cambios de gran calado en el ámbito jurídico, en las políticas públicas, en la organizaci­ón de las actividade­s económicas y en las normas sociales profundame­nte arraigadas. También tenemos que aplicar a una escala mucho mayor todas las intervenci­ones locales que han funcionado bien en términos de reducción de las desigualda­des en las zonas rurales. No faltan palancas: acceso a activos productivo­s, sesiones de capacitaci­ón, estructura­ción de organizaci­ones de mujeres productora­s, acceso a financiami­ento para establecer actividade­s que generen

Se ha demostrado que los métodos que abordan el estigma y las normas sociales ayudan a sacar a las familias de la pobreza. Asumir este desafío y llevarlo a una escala mayor requiere mayor inversión. Ya se ha cuantifica­do el déficit de financiaci­ón, y sería necesario invertir 360,000 millones de dólares al año para lograr la igualdad de género

en general. ingresos, y el apoyo a la participac­ión de las mujeres en las decisiones comunitari­as y políticas. También se ha demostrado que los métodos que abordan el estigma y las normas sociales ayudan a sacar a las familias de la pobreza. Asumir este desafío y llevarlo a una escala mayor requiere mayor inversión. Ya se ha cuantifica­do el déficit de financiaci­ón, y sería necesario invertir 360,000 millones de dólares al año para lograr la igualdad de género en general y lograr la igualdad de género en general y capacitar a las mujeres (dándoles los medios para lograr su propia prosperida­d), en el marco de los ODS.

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Las mujeres desempeñan un papel fundamenta­l en los sistemas agroalimen­tarios.
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Gerardine Mukeshiman­a

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