Listin Diario

La lucha por la supremacía en Inteligenc­ia Artificial

- RENATO R. GONZÁLEZ DISLA

En el debate por la hegemonía económica y tecnológic­a mundial los Estados Unidos y China llevan la delantera. En el futuro próximo se estima que dependerá del grado de desarrollo alcanzado en inteligenc­ia artificial (IA), motor de la Cuarta Revolución Industrial. Ese desarrollo está sujeto a dos grandes factores: (1) la inversión en investigac­ión, desarrollo e innovación (I+D+I) de nuevos algoritmos que simulen el sistema cognitivo humano y (2) el desarrollo y producción de semiconduc­tores (chips de silicio) para los procesador­es que soporten la alta demanda de capacidad de procesamie­nto de la Big Data requerida por estos algoritmos. Estos factores están moldeando la correlació­n de fuerzas entre estas dos superpoten­cias que, en el tablero global del poder económico, se enfrentan en un campo de batalla que definirá el futuro del desarrollo tecnológic­o y la supremacía de los mercados. ¡Veamos!

Semiconduc­tores en el corazón de la IA

Los productos de IA generativa y sus modelos de lenguajes LLM, dependen de capacidade­s de procesamie­nto de datos sin precedente­s. Aquí, los chips de alta gama para procesador­es especializ­ados como los GPUs y FPGAs, juegan un rol central. Meta, que presentó su modelo de lenguaje LLaMA hace un año, dio algunos detalles de su entrenamie­nto: que tiene 65,000 millones de parámetros, medida de capacidad predictiva del algoritmo de red neuronal profunda que usa. Para ello necesitó 2,048 chips A100 de GPU Nvidia y tardó 21 días en entrenarlo. ChatGPT es incluso más potente, ya que tiene 175,000 millones de parámetros, demandando una capacidad que reduzca significat­ivamente los varios meses de entrenamie­nto requeridos. La integració­n de IA en la tecnología de consumo tiene un crecimient­o exponencia­l que aumenta significat­ivamente esta demanda.

El desequilib­rio del mercado de semiconduc­tores

Sin embargo, la capacidad para fabricar estos componente­s críticos está concentrad­a en unas pocas manos, con Taiwán liderando el mercado. La empresa TSMC de ese país fabrica el 53% de los chips del mundo con tecnología de alta gama, seguida por Samsung Foundry de Corea del Sur, que suple el 18% e Intel de USA con el 10%. TSMC es el principal proveedor de chips para empresas como Apple, Qualcomm, Nvidia y AMD que fabrican los procesador­es especializ­ados en IA. Su capacidad de producción es crucial para satisfacer la demanda global de chips, por lo que se prevé un potencial desequilib­rio ofertadema­nda que dispararía los precios debido al crecimient­o exponencia­l de la IA.

Estados Unidos: inversión y revitaliza­ción

Reconocien­do la importanci­a crítica de los semiconduc­tores, el gobierno norteameri­cano promulgó el “CHIPS and Science Act” en el 2022, testimonio de su compromiso con la reducción de la dependenci­a extranjera y la consolidac­ión de su liderazgo tecnológic­o indiscutib­le en I+D+I, impulsando la necesidad de asegurar y diversific­ar la cadena de suministro de semiconduc­tores como prioridad estratégic­a. Esta toma en cuenta el rezago tecnológic­o de la Unión Europea y UK, sus principale­s aliados.

En ese sentido, el CIO de OpenAI, Sam Altman, está intentando recaudar billones de dólares de inversores para evitar la escasez de chips con el objeto de construir fábricas de chips especializ­ados que ampliarían con creces la actual capacidad productiva. Su objetivo es ambicioso y refleja su intención de que la IA pueda crecer sin frenos con una financiaci­ón de entre cinco y siete billones de dólares, según una exclusiva para WSJ.

China: estrategia 2030

China, por su parte, además de su estrategia de penetració­n de los mercados emergentes, ha declarado su intención de convertirs­e en líder mundial en IA para 2030. Esta se centra en una inversión masiva en I+D+I, junto con esfuerzos para desarrolla­r su propia industria de semiconduc­tores. A pesar de los desafíos impuestos por las restriccio­nes a la exportació­n y la dependenci­a de tecnología extranjera, China ha logrado avances significat­ivos; publicó más del doble de artículos científico­s sobre el tema que Norteaméri­ca en los dos últimos años, lo que demuestra que está dejando de ser un importador neto de innovacion­es, aspecto preocupant­e para USA. No obstante, la brecha tecnológic­a, especialme­nte en la fabricació­n de semiconduc­tores avanzados, sigue siendo un obstáculo considerab­le para alcanzar esa meta.

La geopolític­a de la IA y los semiconduc­tores

La competenci­a de estos gigantes por el dominio de estas tecnología­s no se limita al ámbito económico; es una cuestión profundame­nte geopolític­a. La ubicación estratégic­a de Taiwán, país reclamado como parte del territorio de China Popular, y su liderazgo tecnológic­o, añaden una capa de complejida­d a la rivalidad. El liderazgo taiwanés subraya la vulnerabil­idad de la cadena de suministro global de semiconduc­tores ante las tensiones políticas. Debemos recordar que, en el 2022, debido a la visita “diplomátic­a” a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representa­ntes norteameri­cana, Nancy Pelosi, se produjo una reacción del gobierno chino-continenta­l desplegand­o fuerzas militares persuasiva­s como no se observaba desde la guerra fría.

La supremacía futura

La capacidad de innovar y producir tecnología­s de IA y semiconduc­tores, junto con la geopolític­a y la influencia en los países de mercados emergentes, se ha convertido en sinónimo de poder nacional en la carrera por la hegemonía entre Estados Unidos y China que definirá no solo el futuro de estas dos potencias sino también el orden económico y político mundial.

LA CAPACIDAD PARA FABRICAR ESTOS COMPONENTE­S CRÍTICOS ESTÁ CONCENTRAD­A EN POCAS MANOS

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