Escuchemos cuidadosamente a Barbecue
Cuando Jimmy Cherizier, alias “Barbecue”, pidió que la comunidad internacional deje que los haitianos resuelvan los problemas de Haití. Escuchemos su discurso con cuidado; él tiene razón.
Los sandinistas de Nicaragua lograron eso, nuestros Constitucionalistas, en 1965, buscaban eso, pero los aplastó la intervención extranjera.
“Barbecue”, un expolicía, ahora guerrillero urbano, se levantó contra las pandillas delincuenciales, acordó la paz con ellas y enfrenta a sus enemigos comunes: los políticos tradicionales, saqueadores. ¿Quién no desprecia a los políticos tradicionales saqueadores latinoamericanos? Lo que ocurre en Haití no es cosa de haitianos, ellos simplemente se levantan primero. Como en 1804, cuando se independizaron primero, inspirados por la Revolución Francesa de 1789, inspirada por la Revolución Americana de 1776.
Latinoamérica desprecia sus políticos tradicionales. En Guatemala incendiaron el Congreso, en Perú y Ecuador manifiestan su desprecio de mil formas, en El Salvador llegó Nayib Bukele, y Barbecue en Haití.
La comunidad internacional saquea a Haití. Diez mil organizaciones no gubernamentales gastan muchísimos millones “contra la pobreza”, terminaron la de sus ejecutivos, multiplicaron la del pueblo haitiano.
¿Dónde están los 13,500 millones donados después del terremoto?
La ONU mandó soldados que violaron niñas y jóvenes haitianas impunemente, dejaron el cólera en la isla y nadie pagó reparaciones por nada. Barbecue demanda que los gobernantes haitianos y sus familiares vivan en Haití, muy justo, define su movimiento como una “revolución”, contra el “apartheid”, la segregación. Haití inició la independencia latinoamericana, Alenxandre Petion educó, entrenó y financió a Simón Bolívar para ser el “Libertador”. Despreciamos a los haitianos pobres, pero los haitianos que saquearon ese pobre pueblo se asocian con nuestros empresarios, somos el próximo pueblo que será saqueado. Haití quizá articule un nuevo movimiento continental, una respuesta para los pueblos saqueados por sus políticos, abandonados por sus intelectuales y estafados por sus empresarios. Hoy Haití es muy superior al puñado de esclavos que inició la independencia Latinoamericana.
Lo dijo el poeta, “alguien más harapiento que nosotros se levantará con azadas y machetes” ¿Serán los haitianos?