Melissa Rojas La maquillista que se subió al Metro para perder el miedo escénico
Esta mujer, que de pequeña fue abusada sexualmente, que apenas llegó a un séptimo curso y que ha pasado más trabajo “que un forro de catre”, quiere ser oradora y para lograrlo decidió ponerle un ¡pare! a los nervios. Con 36 años es madre de cuatro hijos y
“Eres tú con tu forma de hablarte cuando te caes, el que determina si te has caído en un bache o en una tumba”. William James. Esta frase es la que ha mantenido a flote a Melissa Rojas en momentos duros, y con la que quiere, se levanten otras personas que atraviesen por situaciones difíciles.
A ella le ha funcionado a la perfección, sobre todo, después de tomar consciencia de que en la vida, todo es asunto de determinación. Presa del miedo escénico que le impedía lograr el sueño de hablar en público, decidió buscar la forma de impedirles a sus nervios que se apoderaran de ella. “Un día dije que ya era momento de dejar eso atrás. Entendí que subirme al transporte del Metro, donde se supone siempre hay mucha gente, era mi mejor opción. Así lo hice. La primera vez estaba vacío, la segunda igual, pero la tercera, estaba repleto. Casi me arrepiento, sudaba, pero no, me paré y con la voz estropajosa dije lo que ya estaba en mi mente: ‘Soy Melissa Rojas, y tengo miedo escénico’. Uffff, fue algo que ni yo podía creer que lo había logrado”. Sus ojos brillan al contar esto y la satisfacción de lo realizado se pone de manifiesto.
En ese momento, la impresión no sólo era por lo logrado. “Ver la empatía en la cara de la gente, ver cómo me miraban sin juzgarme, sin criticarme, sólo como si me estuvieran dando su aprobación fue lo más importante. Eso me dio fuerzas para seguir”. Ciertamente, al desmontarse de aquel vagón, la dueña de esta historia dejó dentro de él, todos los temores que amenazaban con arrebatarle sus deseos de superación.
Origen de sus temores
Aunque LISTÍN DIARIO decidió contar su historia por la forma original que buscó esta maquillista empírica, de acabar con esas trabas que le impedían ser locutora u oradora, luego de una extensa conversación con esta sorprendente mujer, salió a flote que sus miedos están fundamentados