Tres sacerdotes católicos dominicanos que escriben poesía
Que los sacerdotes dominicanos compartan liturgia y labor pastoral con la práctica de versos de ficción, es algo poco previsible en este mundo donde todo parece estar al revés.
Sin embargo, en la historia de la cultura latinoamericana, desde la monja mexicana Sor Juana Inés de la Cruz hasta el párroco español naturalizado cubano, Ángel Gaztelu, los religiosos de profesión han dado muestras de una prodigiosa capacidad creativa cuando enfrentan la escritura de versos, ya bien en prosa, libres, o medidos.
Tal vez sea el español San Juan de la Cruz el antecedente generalizado de la creación artística. Su obra escrita ha provocado momentos de esplendor en el ámbito mundial.
En esta ocasión, “Lecturas de domingo”, recoge la obra de tres sacerdotes católicos poetas nacidos en la República Dominicana en distintas fechas, pertenecientes los dos congregaciones episcopales que, desde finales del siglo XX, a lo que va del siglo XXI han legado una valiosa obra escrita de amplio reconocimiento, tanto en el país como en el extranjero.
Dos han obtenido importantes premios. Uno de ellos, el Premio Nacional de Literatura en 2023 y el otro el el Premio Mundial “Fernando Rielo” de poesía mística, 2009. Aunque el otro seleccionado no se queda atrás. Los tres conforman la continuación de una pequeña vanguardia religosa dedicada a escribir versos profanos o religiosos en aras de la libertad del pensamiento. Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, es un prelado que ha dedicado su vida a la escritura, resaltando el ideario de la religión a la que ha consagrado su vida. Como poeta, su obra, dentro de un determinado contexto, está dedicada a cantar a los prodigios de Jesús y los símbolos católicos. En su categoría, posee una obra, sólida impercedera. Como poeta, no suge como generación expontánea. El resultado de su poesía tiene antecedentes en la historia católica nacional. Los sacerdotes paulistas Fausto Leonardos Henríquez y Tulio Cordero presentan un discurso lírico de evidentes resonancias estétcas, a veces profano, a tono con el tiempo que corre, aunque Henríquez viene de una experiencia mucho más universal (se ha destacado en El Salvador, en España y es editor de una revista literaria de mucha difusión en centroamérica), lo que le permite tocar temas actuales, cercanos a las nuevas generaciones de lectores y usuarios de las redes sociales.
Sus muestras nos hablan de la tradición no muere. Hoy, nuestros sacerdotes católicos triunfan con la liturgia y la labor misionera dentro y fuera de nuestras fronteras con obras literarias que nos enriquecen el espíritu. A continuación, Lecturas de Domingo publica una breve muestra de la obra de estos importantes autores.
1-Ramón Benito de la Rosa y Carpio
(Nació en l Higüey, 1939, en cuya ciudad natal realizó sus estudios básicos. En el año 1954 continuó estudios secundarios en el Seminario Menor Santo Tomás de Aquino, en Santo Domingo, así como estudios superiores en filosofía y teología, durante los años 1958 y 1961, respectivamente, obteniendo el grado de Licenciatura en Ciencias Religiosas. Fue ordenado sacerdote en el año 1965 por monseñor Juan Félix Pepén Es, además, Licenciado en Teología Dogmática por el Instituto Pontificio San Anselmo, de Roma, en 1966; graduado en Catequesis por el Instituto Católico de París, en 1968; y preparó su tesis doctoral sobre la teología del cuadro de la Virgen de la Altagracia, en la Universidad Pontificia Javeriana, de Bogotá, en 1987. Fue obispo de la ciudad de Santiago de los Caballeros. En 2023 recibió el Premio Anual de Literatura que otorgan la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura).
La Palabra, espada de dos filos 2-Tulio Cordero
(Nació en San Juan de la Maguana, el 12 de octubre de 1955. Poeta, músico, pintor, profesor y sacerdote católico de la Congregación de los Padres Paúles. Estudió Humanidades en Colombia y Teología en el Pontificio Seminario Santo Tomás de Aquino de la República Dominicana. Ha ejercido la labor pastora, entre otros, en Puerto Rico y la República Dominicana).