El castrismo aprieta y ahoga
EN ESTOS MOMENTOS DE HAMBRUNA EXTREMA, LA GENTE EXIGE QUE SE LE GARANTICEN LAS NECESIDADES MÁS ELEMENTALES PORQUE NO HAY NADA QUE PONER EN LAS MESAS DE SUS ESCUÁLIDOS HOGARES. Fidel Castro, por mucho que le den vueltas al Cubo de Rubik, jamás podrán alinear los colores necesarios para solventar el apagón general que representa el castrismo.
Como era previsible, las fuerzas represivas sofocaron las revueltas y, según informa desde la isla el diario digital 14ymedio, ha habido arrestos. Es lo que cabe esperar de un sistema totalitario que pretende silenciar cualquier movimiento social que podría hacer tambalear un régimen que desde hace más de seis décadas niega la posibilidad de una transición a la democracia. El actual gobernante, Miguel DíazCanel, de inmediato recurrió al viejo y manido guion: la culpa del descontento es del “bloqueo” estadounidense. El bla, bla, bla revolucionario, un disco rayado que les entra por un oído y les sale por el otro a los cubanos, cansados de ese cuento y conscientes de que si de algo viven es de las remesas que sus familiares en el exterior les hacen llegar. La otra alternativa, que le da un respiro a un gobierno que nada tiene que ofrecerle a la población, es la de conseguir salir del país al precio que sea, incluso el de perder la vida cruzando el Estrecho de la Florida.
Con motivo de estas protestas que dejan en evidencia la insolvencia de Miguel Díaz-Canel y de su gobierno, un editorial del diario español El País señala, “…el problema es estructural y los cubanos, asfixiados por la inflación y los recortes, llevan años sufriendo una crisis que ha desencadenado el mayor éxodo migratorio de la historia del país.” Más claro, imposible. Si algo ha demostrado el castrismo a lo largo de los años, es su probada incapacidad para proporcionar una vida mínimamente libre y digna, sacrificando a varias generaciones de cubanos con el único objetivo de perpetuarse en el poder.
Como suele suceder con las dictaduras más mendaces (¿acaso hay alguna que no lo sea?), el gobierno envió cargamentos de arroz y leche a las pocas horas de que se extendieran las manifestaciones el 15-M. Son así de burdos y de abusadores con los sufridos cubanos. Si el “Patria y Vida” se ha vuelto a escuchar en las calles de la isla es porque los ecos de opositores como Luis Manuel Otero Alcántara se escapan por las rendijas de los barrotes. Jamás les saldrán las cuentas a Díaz-Canel y su camarilla opresora. [©FIRMAS PRESS]