“Mis tres maridos me dejaron por muerta, pero sigo aquí”
A la protagonista de esta historia, su primer esposo le dio siete puñaladas, y la mandó a cuidados intensivos por 19 días. Creyendo que la mató, él se quitó la vida. Su segundo marido le propinó una paliza que la dejó por muerta. Él está preso. El tercero
Ella tapa sus heridas físicas con atuendos que sólo dejan al aire su cabeza. Sin embargo, al descubierto quedan unas emociones destrozadas producto de las experiencias amargas que ha vivido por haber sido víctima de tres intentos de feminicidio por parte de las tres parejas que tuvo.
La protagonista de esta historia tiene 38 años, y de ellos lleva 13 arrastrando con estos traumas. Se casó a los 22 años. “Con velo y corona me uní al hombre ‘perfecto’. Nos queríamos tanto y nos llevábamos tan bien que, ni terminamos la universidad y decidimos casarnos. Claro, seguimos estudiando los dos. Recuerdo que yo estaba de día y él me llevaba en su motor y se iba para el trabajo. Luego cuando él salía iba a la universidad y yo, ya en la casa, le guardaba su cena y su comida para llevar al día siguiente”. Le da nostalgia remembrar esos años felices que pasó en sus primeros tiempos de matrimonio.
Las cosas iban bien. A su esposo lo ascendieron en su trabajo por el nivel de compromiso y seriedad que siempre mostró en el puesto asumido. “Él comenzó como mensajero, a los ocho meses ya estaba en oficina como supervisor de mensajería interna. En eso estaba cuando nos casamos. Luego, lo promovieron a técnico del área de Informática y fue una suerte, porque yo estaba embarazada y no lo sabíamos”. Lo que ganaba su esposo no era tanto, pero sí lo suficiente para que ella sólo estudiara y se dedicara a la casa y más tarde al cuidado de su hija.
“De la noche a la mañana se convirtió en un monstruo”
El día que la dueña de este relato y sobreviviente a tres intentos de homicidio por parte de las parejas que ha tenido en su vida, le dijo a su primer marido que estaba embarazada, notó que no fue la mejor noticia que él había recibido. “¿Qué te pasa, no te alegras de que nos vayamos a convertir en padres? No respondió, se fue a bañar y cuando salió sólo me dijo: ‘¿Y a ti quién te dijo que yo quería tener hijos?’. Me quedé sin respuesta…”. Llora de forma disimulada, pero su dolor es tal que, por un largo rato no puede hablar.
La mujer que recibió al equipo de LISTÍN DIARIO con una camisa rosa, abotonada hasta el cuello; con un pantalón blanco, largo, y con unos zapatos altos, negros con crema se tocaba su rostro y buscaba la forma de encontrar en su atuendo