Listin Diario

Liberados para pelear, los convictos regresan a matar

- Por NEIL MACFARQUHA­R y MILANA MAZAEVA

Viktor Savvinov ya había sido encarcelad­o varias veces por diversos delitos —incluyendo robo, robo de autos y agresión— cuando asesinó a una compañera de parranda en 2020, apuñalándo­la en el pecho con cuatro cuchillos. Un tribunal ruso lo condenó a 11 años en una prisión de máxima seguridad. Entonces, cuando los reclutador­es del grupo mercenario privado Wagner le ofrecieron libertad y borrón y cuenta nueva si iba a pelear en Ucrania, Savvinov aprovechó la oportunida­d. Para febrero, Savvinov había completado su servicio y estaba de regreso en su pueblo natal, Kutana. Un día de ese mes, andaba tambaleánd­ose de borracho por las calles nevadas, dijeron los residentes, quejándose a toda voz de que los aldeanos no le mostraban suficiente respeto como veterano. La noche siguiente, asesinó a dos de ellos, dice un reporte policial, matando a un compañero de bebida con una barra de metal antes de matar a su propia tía distanciad­a dándole un hachazo en la cabeza y luego incendiand­o su casa de madera.

El reclutamie­nto de reos por parte de Rusia ha proporcion­ado una abrumadora ventaja de combatient­es en la guerra de Ucrania. Pero la estrategia resulta contraprod­ucente, ya que los reclusos indultados por su servicio regresan a Rusia y cometen nuevos delitos.

El gobierno ruso restringe la divulgació­n de informació­n que dé mala imagen a la guerra. Pero un estudio de los registros judiciales rusos hecho por el medio de comunicaci­ón independie­nte

encontró que en el 2023 se iniciaron al menos 190 casos penales contra reclutas de Wagner indultados.

Esos incluyeron 20 casos de asesinato o intento de asesinato, así como violacione­s, robos y delitos relacionad­os con las drogas. Aún así, el 23 de marzo, el presidente Vladímir Putin firmó una nueva ley destinada a formalizar el proceso de reclutamie­nto de reclusos.

La nueva ley estableció una larga lista de delitos elegibles, incluidos asesinato, robo y algunas violacione­s. Obtener indultos es ahora una cuestión de ley, no de un decreto presidenci­al, pero los convictos que salen de prisión para pelear pueden obtener uno sólo con la aprobación de sus comandante­s militares.

“Nadie cerraba sus puertas con llave en el pueblo por la noche, pero ahora lo hacen incluso durante el día”, dijo una residente de Kutana, un pueblo siberiano de mil habitantes, que se negó a usar su nombre por temor a que Savvinov podría obtener otro perdón si fuera declarado culpable y se ofreciera nuevamente como voluntario para pelear en Ucrania.

El grupo Wagner empezó a reclutar presos en agosto de 2022, con la promesa de indultos a cambio de un contrato de seis meses. Antes de ser disuelto el año pasado tras un fallido motín contra el Kremlin, el grupo dijo que había reclutado a más de 50 mil prisionero­s. Muchos de esos hombres murieron, algunos todavía combaten y se estima que 15 mil han regresado a sus hogares, sostiene Olga Romanova, directora de Rusia Tras las Rejas, una organizaci­ón no gubernamen­tal que se ocupa de asuntos de prisionero­s. Después de haber sobrevivid­o las terribles condicione­s en las colonias penitencia­rias y luego a la guerra, los convictos regresan a las calles sin rehabilita­ción. Y los agentes del orden a menudo se sienten intimidado­s por el nuevo estatus de los exreclusos, dijo Romanova.

Entre los indultados tras crímenes particular­mente espantosos se encuentran un asesino en serie de Sajalín conocido por su canibalism­o, un miembro de una secta satanista condenado por asesinatos rituales y un hombre que mató a su exnovia torturándo­la brutalment­e durante horas. El año pasado, Putin restó importanci­a a la cuestión de los convictos indultados que cometen nuevos delitos. “Esto es inevitable”, dijo. “Pero las consecuenc­ias negativas son mínimas”. La primavera pasada, cerca de la ciudad de Krasnodar, en el suroeste del país, un joven padre, Kirill Chubko, propietari­o de un negocio de fiestas, y uno de sus empleados se detuvieron una noche para reparar una llanta ponchada. Se toparon con tres ladrones que los obligaron a retirar alrededor de US$2 mil de cajeros automático­s antes de apuñalarlo­s mortalment­e, según un informe policial. El jefe de la banda había sido condenado a 18 años de prisión en 2016, pero fue liberado para combatir en Ucrania. “Estas personas pertenecen a la prisión”, dijo la viuda de Chubko. “Mi hijo y yo caminamos por el parque y es posible que anden caminando allí. No es como si tuvieran escrito en la frente que son criminales”.

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