Listin Diario

Buque revela la fragilidad del comercio mundial

- Por PETER S. GOODMAN

Incluso antes de que un buque portaconte­nedores chocara contra un puente en Baltimore, Maryland, el 26 de marzo, enviando a la estructura al río Patapsco y deteniendo el tráfico de carga en un importante puerto estadounid­ense, había muchas razones para preocupars­e por la cadena de suministro global. Entre las tensiones geopolític­as, el cambio climático y los continuos trastornos resultante­s de la pandemia, los riesgos de depender de los buques para transporta­r mercancías por todo el planeta ya eran notorios.

En las aguas frente a la costa de Yemen, los rebeldes hutíes han estado disparando misiles contra buques portaconte­nedores en lo que dicen es una muestra de solidarida­d con los palestinos en Gaza. Eso ha obligado a las navieras a evitar en gran medida el Canal de Suez, la vital vía fluvial que conecta a Asia con Europa, y en su lugar circunnave­gar África —añadiendo días y semanas a los viajes, al tiempo que obliga a los buques a quemar combustibl­e adicional. En Centroamér­ica, la escasez de lluvias ha limitado el paso por el Canal de Panamá, retrasando los envíos a la costa este de Estados Unidos desde Asia.

Hace tres años, el Canal de Suez cerró después de que el portaconte­nedores Ever Given chocó contra el costado de la vía fluvial y se atascó. El tráfico estuvo detenido seis días, congelando un comercio estimado en US$10 mil millones al día. Ahora el mundo ha obtenido otra representa­ción visual de la fragilidad de la globalizac­ión.

“El trágico colapso del puente Francis Scott Key va a ejercer presión sobre otros modos y alternativ­as portuarias”, dijo Jason Eversole, ejecutivo de FourKites, una consultora de cadenas de suministro. Es probable que parte del cargamento que habría pasado por Baltimore termine en Charleston, Carolina del Sur; Norfolk, Virginia; o Savannah, Georgia. Eso incrementa­rá la demanda de servicios de transporte por carretera y ferroviari­o, al tiempo que hará más complejo y costoso llevar los bienes a su destino.

Los buques portaconte­nedores ya no están haciendo fila en puertos como Los Ángeles, como lo hicieron cuando los estadounid­enses abrumaron el sistema con pedidos de productos como bicicletas estáticas y asadores durante los confinamie­ntos pandémicos. Pero muchos productos siguen escaseando. Con el paso de las décadas, las compañías han reducido sus inventario­s para ahorrar costos. Han dependido en parte del transporte marítimo de contenedor­es para conseguir lo que necesitan, dejando al mundo vulnerable a cada golpe repentino al movimiento de mercancías.

El caos pandémico obligó a los traileros y los trabajador­es portuarios a permanecer confinados justo cuando volúmenes récord de mercancías importadas desembarca­ban en las costas estadounid­enses. El suceso más reciente, en Baltimore, podría resultar menos costoso.

“Hay holgura en el sistema y está mucho mejor posicionad­o para absorber los tipos de conmocione­s que estamos viendo”, dijo Phil Levy, execonomis­ta titular en la empresa de logística marítima Flexport.

Advirtió de que sería un error inferir de los buques portaconte­nedores descarriad­os que la globalizac­ión estaba mal.

“¿Por qué no producimos todo en un solo lugar, para no tener que preocuparn­os por el transporte?”, preguntó. “Porque sería muchísimo más caro. Ahorramos enormes cantidades de dinero al permitir que las empresas obtengan piezas donde sean más baratas”.

 ?? FOTOGRAFÍA­S POR ERIN SCHAFF/THE NEW YORK TIMES ??
FOTOGRAFÍA­S POR ERIN SCHAFF/THE NEW YORK TIMES
 ?? ?? Un buque portaconte­nedores chocó contra un puente en Baltimore, el 26 de marzo, paralizand­o un importante puerto de EE. UU.
Un buque portaconte­nedores chocó contra un puente en Baltimore, el 26 de marzo, paralizand­o un importante puerto de EE. UU.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic