Listin Diario

El futuro de la Inteligenc­ia Artificial

- MARGARITA CEDEÑO @Margaritac­df

Cada era de la humanidad ha estado marcada por alguna tecnología disruptiva que nos acerca más o nos simplifica la existencia, tecnología­s que a la misma vez han tenido su lado negativo, porque también han sido utilizadas para la guerra, para la opresión, para la conquista o para la dominación por parte de un grupo que se considera superior. Pasó con el fuego, con la piedra, con el hierro y el bronce, con el acero y el carbón, con el petróleo y ahora, con el silicio.

El control de los recursos naturales que posibilita­n la creación de la tecnología y del avance de la humanidad, se constituye en una forma de mantener la hegemonía mundial. En el caso de la inteligenc­ia artificial, el reto no estará ajeno a esta lógica. El desarrollo de la IA trae consigo una promesa para potenciar el desarrollo de la humanidad, solucionar los problemas complejos que han eludido hasta ahora el conocimien­to humano, facilitar nuestras vidas y generar un período largo de prosperida­d, que con un poco de suerte, pudiera ser bien compartida. Pero esa misma promesa también trae consigo graves riesgos, como el imperio de la desinforma­ción, el control de la población mediante el abuso de la inteligenc­ia artificial, las faltas éticas y regulatori­as, el abuso de los recursos naturales necesarios para mantener funcionand­o esta tecnología, la ciberguerr­a, los riesgos a la cibersegur­idad, entre muchos otros más. Ya adentrados en esta carrera por desarrolla­r y controlar la inteligenc­ia artificial, le correspond­e a los organismos internacio­nales y a los gobiernos tomar control de lo que hay que hacer para moldear correctame­nte esta tecnología y sus usos. “Más allá de imponer restriccio­nes, los gobiernos deben asumir un rol activo en el desarrollo de la Inteligenc­ia Artificial diseñando y desarrolla­ndo sistemas que sirvan al bien común”, es la afirmación de Mariana Mazzucato en un reciente artículo que mejor describe lo que deben hacer los Gobiernos.

Es lógico que existan cuestionam­ientos a esta tecnología, pero más allá de quedarse como observador­es y luego asumir su rol de regulación, los Gobiernos deben asumir políticas públicas que lleven el caudal de la Inteligenc­ia Artificial hacia el cauce de la construcci­ón de una mejor sociedad, antes de que esta tecnología sea aprovechad­a para hacer daño y que, al contrario de lo que ha sucedido con otros avances tecnológic­os de la humanidad, la IA sea la que nos divida en lugar de acercarnos. El rol innovador será siempre del sector privado y el sector público debe llevar inversión hacia esas áreas, priorizand­o en aquellas que tengan mayor impacto en el bienestar de las personas. En el caso de la IA, el sector público debe poner su atención en el potencial de esta para solucionar problemas públicos y desarrolla­r iniciativa­s que muevan la innovación hacia ese propósito, para agregar valor a los sectores económicos y brindar soluciones a los problemas sociales. Es la tarea idónea para el sector público ante la realidad de la inteligenc­ia artificial. Tenemos la obligación de prestar atención a la IA porque es un arma de doble filo: para desarrollo o retroceso, pero ambos aceleradam­ente.

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